Me cansé De jugar a los escondites [Lauren Báthory]

Después del demasiado inesperado encuentro con Luna,me había mudado a Forks,como hacia bastante tiempo en mi infancia antes de irnos a Canadá,Donde era de suponerse me encontraría con Renesmee,De nuevo,Vaya error pensé haber cometido,pero con el tiempo las 'Personas' Se acostumbran ¿No?

Viaje de nuevo a Londres,Inglaterra a por unas cosas que había dejado en el departamento de mi amiga,cuando residía ahí,si bien eran mas cosas sentimentales,por eso era que me molestaba en ir por ellas.
al salir del departamento después de decirle todo un cuento para que me dejase salir de ahí,Subí a mi auto dejando la caja en el asiento de atrás.

Comencé a conducir sin preocupación alguna pero inesperadamente la imagen de Bristol apareció en mi mente,haciendo que virara hacía un camino que me levaría ahí,¿Por que?,No sabía pero me molesto demasiado,no tomaba decisiones por Impulso,y esto,era eso un simple impulso,odiaba eso.

Conecte el Ipod al Estéreo del Auto para amenizar este estúpido viaje, Después de recorrer...no se cuantos kilómetros por no se cuanto tiempo,ya que el tiempo ahora me resultaba algo irrelevante,Llegué conduciendo por aquellas calles hasta un pequeño Restaurante,Me baje del auto caminando hacía tal lugar de nuevo;Por impulso,entre y me senté a esperar que me atendieran mientras miraba un punto en la nada preguntándome ¿¡Que Diablos hacía yo ahí?

Inglaterra. Bello Lugar. Había ido por unos libros necesarios para mi colección en París. Mi librería estaba siendo muy solicitada y debía ponerme a la altura. ¿Altura de qué? Estaba cansada, lo sabía, de esconderme. La única con la que mantenía contacto era con mi sisterna y eso muy escazo por que también desaparecía.

Al únic que realmente extrañaba demasiado era a mi hijo, William. Le di mis mejores años (?) y lo cuidé mucho. Lo sabía, lo amaba demasiado. Sin embargo, como la vida es cruel y las cosas pasan, perdí su rastro. Dejé que hiciera su vida, deseandole éxito. Todo esto pense por que pasó un niño disfrazado de Willy Wonka.

Caminaba con mi Saco Tweed Channel, mis Jeans Proenza Schouler, mis zapatos Lanvin y mi bolsa Marc Jacobs. Nunca he dejado de vestir bien y mis finanzas crecen. Llegué al lugar y me aplasté educadamente en un sillón cercano a la ventana que daba al jar´din del restaurante.
Sentí algo, Olí algo.

Pero no creía que esto estuviera sucediendo.

recargue mi mejilla en una mano apoyando el codo en la mesa con aire despreocupado y aburrido,una señorita me trajo la carta y comencé a observar los platillos,uhm elegí uno totalmente al azar y con desdén hice un ademan para que se acercara.-Voy a pedir esto y si me trae una tasa de café se lo agradecería mucho.-dije sonriendo de medio lado como me era costumbre,ella se fue y por pura inercia mire por la ventana,alguien me llamo la atención,una joven demasiado linda,me recordaba a...¿Mi madre?Pero vaya si era ella se veía mucho mas joven,demasiado bien conservada.
Negué con la cabeza sacando esa idea de mi cabeza por que ¿Como podría ser ella?.-William te estas volviendo loco.-Me dije para mi mismo acomodándome en mi asiento,y un aroma llego a mi an conocido,arrugue levemente los labios en una mueca,odiaba que mi mente me jugara bromas como esta,por que al final terminaban siendo eso;Solo bromas y no era ella,Eso hizo que un nudo se me formara en la garganta.

Una linda señorita me dió la carta mietras reía. Sonreír suavemente, comprendiendo un poco la picardía propia de la juventud. Se disculpó penosamente.

- Pediré Té y esta pasta- comenté, agregé también un pedazo de tarta de chocolate. Se fue mientras yo veía mi bolsa, delineando con la mirada los contornos de la misma. Suspiré audiblemente y volví a oler esa esencia que mi mente, simplemente, no podía negar que estaba ahí.

Así que me levanté dando toda la vuelta al local, para encontrar el punto donde salía el efluvio. Me quedé paralizada en mi lugar, al voltear. Un chico apuesto {bastante apuesto} con la mayoría de mis rasgos estaba frunciendo el ceño mientras veía su mesa. Un chico que yo había conocido de bebé, de niño, de adolescente.

Mis piernas me guiaron a él. Me senté frente a él y solamente pude decir

-William-

La mesa en este momento era lo mas interesante en el mundo ahora,con la vista clavada en ella y en nada mas que en ella escuche como unos tocones se acercaban,cesaron y alguien se sentó frente a mi,levante la vista y era mi misma chica que había visto antes,diciendo mi nombre,no quería ilusionarme,no Ahora ya no,No mas.

Sonreí de medio lado por pura cortesía.-¿Te conozco?-Le cuestione con mera frialdad,¿Como diablos sabia ella mi nombre?Demasiadas cosas,casualidades, o lo que fueran,pero no dejaría que mis sentimientos me entorpecieran de nuevo.
Hace algunos años,por el mero presentimiento de que en efecto,si fuera mi madre me hubiera lanzado a sus brazos diciendo que la quería y estañaba,sin importar que tan extraño se viera ante los presente,pero ahora no.

Se lo esperaba. Claro, despierta Lauren! ¿Cómo quería que William sonriera y la abrazara? Frunció el ceño ligeramente y dejó su gabardina en el respaldo del asiento. Al lado de ellos estaban unos niños con sus padres, riendo y disfrutando del desayuno. Ella sintió como se le revolvían las entrañas y aclaró su voz para continuar.

- Si, para tu desgracia- La mesera, Emily, llegó a su mesa de antes y miró contrariada el lugar. Lauren alzó su mano para indicarle que se había movido. Tomó un sorbo de su té y sonrió arqueando ambas cejas.

-¿Como has estado?- preguntó al momento en que enrollaba con destreza el spaguetti en el tenedor. Mordió con educación y sin emb argo, sus ojos delataban un creciente miedo al rechazo por parte de su única esperanza y motivo de vida, su hijo.

-Al parecer el conocimiento no es reciproco.-ladee un poco la cabeza y arque una ceja.-¿O acaso me equivoco?-Puse mi mano derecha sobre mi barbilla en un gesto de pensar de done la conocía,pero simplemente estaba buscando como excusar el hecho de que podría ser ella.-Tal vez si,te conozca pero refrescante la memoria,¿California?,¿Alemania?,¿Francia?-Dije con desdén recitando lugares al azar.
Observe los movimientos que la chica hacia para indicar a la mesera que se acercara yo simplemente me acomode en el respaldo del lugar y mire a la camarera con insistencia, acordándole que tenia una orden pendiente conmigo.
La chica se fue enseguida y yo volví mi mirada a la ¿Señora?,¿Dama?.¿Niña?,¿Joven?...¿Mam...No,ni mi mente dejaba que formulara esa pregunta no,asì que simplemente volví mi mirada a ella.

El silencio incomodo que nos rodeaba en ese momento se rompió cuando la mesera trajo mi café y al parecer mi platillo elegido era unas tiras de pollo con ¿Ensalada?,Daba igual el hecho era hacer algo,en este caso;Comer.
Cuando termine de darle el primer sorbo a mi café escuche su cuestionamiento,la mire e hice una mueca de 'No se'.-Normal,Ya sabe lo que dicen nadie puede estar completamente feliz-musite siendo totalmente sincero en lo que decía.-¿Y usted que tal ah estado?-Eso,hablar con cortesía y de usted,seria un buen inicio ¿No?

Debía esperarlo de él. El nerviosismo llegaba a palparse y mejor se mantenía callado, guardando y sopesandoc ada oportunidad. Lauren sonrió para sí misma y siguió comiendo, hasta que el silencio mortal fue roto por Monicca { la mesera}.

Cuando vió el plato de Will, rió un poco y alzó las cejas suavemente, sin ofender. - ¿Ya comes bien? Bueno, te puedo decir que tienes un poco más de grasita en el cuerpo- hechó una mirada rápida a su hijo y asintió- No tanta como cuando eras niño. Sin embargo, te ves bien- finalizó la frase sin saber que decir.

William tenía un increible parecido con su madre: había sacado su cabello, ojos, mayoría de facciones y, tal vez, la fuerza. Sí, la fuerza. AMbos habían pasado por mucho y seguían al pie del cañón...

- ¿Yo? Bien, gracias cielo. Apenas y mantengo contacto con tu tía. No sé en qué está metida pero me temo que es algo grande...- la voz segura de Lauren fue disminuyendo hasta ser un susurro que sólo ella escuchaba hasta volver con la misma intensidad de antes- Heather a veces viene con Amélie a la librería. ¿Y tu? Hace mucho que no sabía de ti.¿Como está Luna, por cierto?

Los ojos castaños de ella estaban fijos en la cara de él. ¿Qué esperaba la tonta mujer? ¿Un perdón? Tal vez. ¿Una sonrisa? Lo que ella necesitaba. Pero, más que nada, necesitaba decirle a su hijo que lo quería tanto...

Estuve a punto de levantarme con mi plato e irme a otra mes,vaya que esta chica me ponía de nervios,como que atreverse a hablar sobre mi físico, fruncí el ceño ante eso y seguí con mi comida ignorando sus comentario hasta que pronuncio ''Tía'',''Amelie'',''Heather'',''Luna''.Me quede inmóvil sopesando todo,levante la mirada sin expresión clavandole en los ojos de,la que ahora estaba seguro,era Lauren.
Después de un largo momento así desvié la mirada haciendo una mueca bastante notoria.
Recordé todas esas veces que había preparado un discurso para cuando la encontrara,pero ahora simplemente las palabras no salían de mi boca.-Donde diablos estuviste?-Pregunte con tono frió,algo dolido pero justamente por eso no la mire, negué con la cabeza,me había equivocado aun no estaba listo para encontrarla-No, olvídalo,No me incumbe--Me levante de golpe dejando el dinero suficiente sobre la mesa para pagar lo que Lauren comía,lo que yo pedí y un tanto mas,no me importaba solo quería salir de ahí, Camine a zancadas fuera del lugar simplemente quería irme de ahí,ya daba igual todo.

-Estuve en...- me dejó con la palabra en la boca, en al aire. Su indiferencia y enojo me atacaron desprevenida.

Me apresuré a comer y vi cómo mi hijo se iba. Rodé sutilmente mis ojos , sonriendole a la mesera que recogía mis platos. Sentí un ligero dolor en mi abdomen, seguramente por comer tan deprisa. Murmueré algo en italiano mientras seguía mi hijo prófugo.

Ni siquiera me había dejado decirle nada, ma había agarrado con media pasta atravesada en la garganta. Me llevé mi Orangina mientras rascaba mi cabeza.

Caminpe detrás de él hasta llegar a su coche. Él se subió y yo, como madre de ese hermoso ejemplar, me subí al asiento del copiloto, encarándolo.

- William, debemos hablar- le dije mientras alzaba mis delineadas cejas. Le toqué la mano esperando que no me rechazara pues sería la segunda vez en 15 minutos. - ¿No crees que te he extrañado? Creélo.- Murmuré alzando las cejas, ahora medio sentimentaloide.