En sus marcas... ¿listos?

¡Con un maldito demonio y diez mil maldiciones más!

Mierda...

La boda estaba comenzando, seguro... Seattle no se me antoja tan inútil como ahora y corro a orillas de la ciudad. Estoy por llegar, unas 3 horas o algo así. ¡Maldita sea! Y nadie está en fase... ¿se habrán ido de trajecillo toda la manada a la boda del siglo? Oh, no imagino a Leah con un femenino vestido cayéndole a costados. No, eso es imposible. Quizá Seth está allá... ah, sí. Entregando de la mano a Edward en el altar y yo aquí de idiota sin ser el padrino que debí ser.

Arbustos, árboles, ramajos, animalejos, bichos, humanos cazadores... todo un bioma a mi alrededor. Ya debo llegar, se me está pasando el tiempo...

¡Ah, ya era hora!

-¡Hey! ¡Vaya que alguien se aparece! ¿Qué demonios hacías? ¿No se supone que están vigilando por la presencia hemofílica de alrededores?

Vaya, vaya.. a quién fuera que le estuviera gritando, debía sorprender que al fin me dignara a hablarles. Después de todo... mis fracasos de volverme una bestia habían sido eso: meros fracasos.

¿Qué...? ¿La loca esa preocupandose por mí?

Vaya... lo peor era que la estimaba. A mi modo, claro está.

Espero que no te hayas cansado de esperar... supongo que fue un fastidio esperarme ¿te salieron canas?

Seguí corriendo y di un gran salto de 10 metros y continué con el trote veloz de las patas, casi volando sobre el piso que rozaba por momentos. Y de pronto: la boda... Demonios, se habia enterado por qué regresaba ¿Debía de lamentarme? Y seguí mostrándole imágenes de mi dolor, de mi propia concepción del dolor, muy similar al suyo, pero sin dejar de ser diferente: a ella no la habían cambiado por un vampiro.

¿Hay alguien husmeando por First Beach?

Volví a escuchar un aullido hacia la manada.

¿Quiéres darme una cálida bienvenida, Leah?

Calma, Jacob.

Pero no pude evitar detenerme por un segundo y oír lo que ese imbécil imprimado de mi hermana tenía qué decirme. No sería lo suficientemente hombrecito para decírmelo frente a Rachel, para mi desgracia. Mientras, Leah seguía celebrándole la gracia estúpida.

Y mucho de lo que decía ese tipejo de Paul era cierto.

¿Que entraron a la reserva, idiota? ¡CÓMO PERMITES ESO...! ¿Qué tienen quién los ayude?

Comencé a correr aún con más fuerza de la empleada en un principio, del coraje y el estallido de una guerra. ¿Qué demonios pasaba en Forks y La Push? Parecía como si la bomba de Nagasaki hubiera aterrizado por allá.

¿y tu qué pretendes, Paul? ¿Seguir dejando que esas cosas entren en nuestro terreno? Eres un necio...

Leah seguía carcajeándose viendo desde su cabeza el calentamiento que había en mi cabeza y en la de Paul: parecía como si fuera la fuga que a ella la hacía sacar esa risa tan socarrona y terriblemente molesta.

¿Algún chistecito que haya resonancia en tus delicados oiditos, Leah?

Comencé a gruñir mientras pasaba en dirección a Lake Crescent Rd. Ya llegaría y nos las arreglaríamos a mordiscos y a patadas, mejor que empezáramos y librara a mi hermana de ese destino sin sentido hacia el cual iba.

Ahora a mí me tocaba imitar su vocecilla.

Vamos, Sam... déjame estar de guardia -volví a mi voz- ¿Eso es ser hombrecito, Paul? No eres más que un segundón en jerarquía. Yo podria ser perfectamente tu Alfa pero sabes que eso no me llama la atención. Soy el tataranieto de Ephraim Black y Sam lo es de Levy Uley.

Tomé el camino más directo hacia Lake Crescent Rd. y me complació saber que uno más se había sumado al club de los provocados por riñas estúpidas.

Chico... ¿quién invitó a los hijos de la luna? ¿Te has imprimado acaso de Mika Van Helsing? -fue una hija de la luna que se le vino a la mente con todo y nombre y aproveché para echárselo en cara - Deja de joder y explíquenme cómo se aliaron con ellos.

Seguía pensando en el dolor que sería para mí ver a esa hermosa Bella casándose. Pesando en cómo me presentaría ante ella, y cómo sería tenerla de frente una vez más antes de verla con ojos carmín. No me importaba que Paul siguiera con sus discursillos de mi debilidad, porque tendría muchísimos años para golpearlo y matarlo si se me antojaba.

-Qué inteligente eres, Leah -dije socarronamente -¿Y Sam? ¿Con Emily haciendo corazoncitos? ¿Y Embry y Quil? ¿Dónde se metieron?

Me pregunté por esos patrióticos de la manada.

Debia de estar informado antes de cometer estupideces. Si debía actuar, actuaría con mi manada, como Edward lo haría con su parvada de buitres chupasangres. Si debía de ser pacifista, mi manada no saldría herida.

Y si debía largarme una vez más... no lo haría.

despues de ayudar a mi madre con su coleccion de "hijo acompañame a comprar algunas cosas" y perder 2 hrs entre comida y mas ropa para toda la familia pude safarme de eso en especial cuando se ponia a platicar sali disparado como una bala lejos de la zona comercial y me adentre a un lugar mas privado para poder entrar en fase felizmente cuando entre lo ultimo que oi fue
"entre sus diálogos de señoras de mercado"
cosa que creo dijo eso lo dijo Leah, al parecer muchos pensamientos me llegaron a la mente al parecer habia mas Paul, Leah y Jacob!!- Hey chicos, Jake!! hombre donde estabas!!!!! que bueno volver a oir tus pensamientos donde andabas!?! -creo que me habia emocionado demasiado pero espere contestacion calmanda y alegremente

A ver a ver... Paul, deja a Leah y ponte como hombrecito. Por mucho que también me gustaría a veces golpearla, es una chica. Déjala en paz, imbécil de segunda.

Como siempre, la cosa esa me haría caso el día que se congelara el infierno. Pero guardaba la esperanza que dejara de comportarse como un chiquillo. Seth apareció por ahí moviendo la cola y con buenas vibras... ¿cómo podía alguien celebrar el enlace de algo que no era nda viable?

Vaya, Seth... se supone que estaba perdido, pero después graciasal turista mundial de Paul, recordé que era Canadá... nada recomendable, a menos que desees ir a enfrentarte con chupasangres como tus amigos

Seth dio una risotada.

¿Iras, cierto

Leah y Paul seguían revolcándose entre las rocas. Leah daba una pelea bastante pareja mientras intentaba zafárselo de encima pese a la voluminosidad del cuerpo de Paul, casi tan grande como el mío.

Paul se zafó de Leah y trotó hacia First Beach, por donde llegaría.

Ahí nos vemos, cachorrito...

Déjalo en paz...

Seguí corriendo y al fin pude oler el aroma salino de los alrededores. Ahora respiraba el ambiente que siempre fue mío y que nunca debí haber dejado. Estaba dónde siempre había pertenecido.

Tenía la cabeza suficientemente calentada como para haber asesinado a Paul, pues bien podía hacerlo. Pero no había necesidad. No era mi prioridad ahora, debía de llegar a una boda dónde sería echado a patadas o sería tan bien recibido como una plaga de langostas.

Velocidad. Vértigo... ¿Se podía llegar a tanto ahora? ¿Bella estaría ya entrando al altar del brazo de Charlie?

Comencé a pisar el suelo arenoso y húmedo de las playas de La Push, y en unos 10 minutos estaría en First Beach. ¿Serías feliz al ver a tu manada cuando hacía unos meses la detestabas? ¿Podría ver a Leah bajo una nueva luz que no fuera de "no me queda nada más que tú, ni modo"?

Vaya... ahora podía olerlos.

No muevas la cola de ahí, Paul... llego en diez minutos ¡Seth, apúrate! Debo de hablar con ustedes

-Está bien, Leah. Nadie te obliga a acompañarme, me encanta tu perfecto sentido de la lealtad que tanto presumen tú y Paul

Estaba harto de oírlos en la cabeza y no enfrentarlos frente a frente. Era un fastidio. Al fin pude ver el mar: las grandes olas, los cielos nublados que se extendian hasta el infinito y a lo lejos vi dos siluetas. Di un gran salto y seguí corriendo hasta tenerlos enfrente.

Me paré en seco sobre mis cuartos traseros y miré a Paul que se paró en actitud de reto.

-Seth, ya lárgate a la boda... Paul, no tengo intención de matarte... Leah ¿podemos hablar ahora sí? Es un hecho que tienes a Jacob de vuelta, para su desgracia o su milagro

Me contuve. Pero estuve a punto de matarlo.

Imbécil. Inmaduro. Mi cuñado. Un estúpido.Claro, era el "encantador" Paul. Leah se rascaba la oreja y yo realmente tenía ganas de volverme hombre por un rato. Pero después de pasar por mi casa, ése realmente era el siguiente paso.

Pensé que no te gustaban las fiestas, "cuñadito". Los veo en mi casa en 15 minutos. Si quieren ir o no. Lo hago por la seguridad de todos y de Seth, que se encamina para allá.

Di un salto por encima de ellos y abandoné cualquier parte primitiva con la que hubiera vivido en estos meses. Y me dediqué al dolor una vez más: me importaba poco que Paul lo viera, porque no era nadie importante para mí.

¿Cómo sería tener retazos de corazón por todo tu cuerpo? ¿Se sentiría bien partirse en mil cachitos? Y seguro seguirían sintiendo amor, para mi desgracia. Pero una vez más deseaba verla. Quería estar con mis mejillas coloradas una vez más, con la chica que pronto sería vampiro, y quizá pronto me desearía asesinar.

Mi eterna Bella Swan...

OFF: Ok, Leah y Paul. Ustedes irán conmigo a la boda. Estén al pendiente de los post por allá ¿ok? Los quiero carnales xD =P.

Cerraremos el tema