Esto no puede seguir así......(Final Eclipse)

OFF: diré lo mismo, pero pensaré un poco "dif".

No nos es posible hablar y comer pinole al mismo tiempo: te hacen y reaccionas. Es lógico, sencillo, inevitable.

Fingí calma cuando había ido a verme, en un intento de "quédate Jake y sé mi buen amigo", y yo de idiota "claro, seré un buen chico". ¡Yupi! Todo el mundo sería feliz y viviríamos en un estúpido mundo de caramelo y estrellitas. Pero muy en mi interior estab gritándole "¿él o yo, Bella?". Y claro, si era él, yo no tenía cabida en un mismo espacio físico.

Billy me vio salir con las muletas y no me dijo nada, aparentaba tranquilidad ahora que me había despedido de ella, pero estaba seguro que habría algo que colmaría el vaso. No importaba, ahora estaba así, y mientras no ladrara a causa de algo, seguiría "normal". Cuando estaba seguro de que nadie podría verme, no me preocupè de caminar perfectamente normal. No me importaba si los huesos se me iban de lado, porque mi cabeza ya estaba en otra dimensión, sólo faltaba mi cuerpo en ser provocado.

Quería estar totalmente sólo ¡sólo, sólo! Y por eso seguí, en apariencia las instrucciones del Dr. Colmillos Ponzoña Cullen. Me dirigí a un sólo lugar que me podía calmar, porque no había nada, estar al precipicio y por debajo ver el mar daba la impresión de un fin del mundo.

Un fin del mundo habría sido un excelente final para todos, por cierto. Y aún así ellos quedarían juntos... ah, no, que la querida sanguijuela no tenía alma. Bueno: ¡El fin del mundo sería el final perfecto en esta historia rosa!

Me evité las ganas de reírme y me senté al borde del acantilado, mirando estúpidamente cómo las olas se relamían en las rocas con una violencia que me habría gustado haber podido utilizar con Edward Cullen. Y aún así la violencia de las olas no parecería de ese modo en la forma que yo lo hubiera destruído.

Pronto un olor familiar me llegó, no le tomé importancia. Sabía que Leah Clearwater no pararía de joder en mi vida, y tendría que empezar a lidiar con ello. Por supuesto, la bola de viejas argüenderas, alias "manada" que tenía, no ayudaban en mucho: se sabían la historia como las vocales.

Ella me preguntó cuánto tiempo me llevaría esto...

¿A ella qué le importaba? Ojalá también ella supiera más que yo eso. Seguí tranquilo porque no me importaba su también desgraciada vida, no le daría el gusto a su voz quejumbrosa y molesta.

Respiré profundamente y volteé a verla.

-Tírate del Acantilado y haz feliz a todos, Leah

Le señalé el lugar para que no se fuera a perder, mejor que fuera tomando fuerzas antes de que me arrepintiera y fuera yo el que la aventara.

Ahora resultaba que me venía a hablar de sentimientos alguien que carecía de los mismos. ¡Vivan las clases de moral! Abrí los ojos en desconcierto y la miré fijamente.

-¿Enserio? No puedo creerlo... si te importara otra persona en el mundo que no fueras tú, no serías Leah -ella retorció sus ojos -. Siento mucho despedazarte tu mundo de princesas rosadas y todo lo perfecto del mismo, no me importa lo que te pase. Lárgate, déjame en paz.

Y ella continuó su perorata de que me pusiera en sus zapatos, que la comprendiera, cosa que no se me antojaba ni podía en este momento ni nunca. Sólo quería "elevarme la moral", pero sólo logró que me riera por sus malos chistes.

-Está bien: te escucho, te largas de aquí y me dejas en paz ¿trato?

Analicé su rostro, que antaño había sido hermoso: ahora sólo parecía una ciudad abandonada, donde nadie pondría su mirada en ella. Su cara era un zurco de amargura y despecho contra todos. Aunque Sam era de diferente idea, siempre echándose la culpa del rostro de Leah.

Un peso enorme del calor que me sofocaba fue cediendo poco a poco con mis temblores: podría entrar en fase en cualquier momento gracias a sus chistecitos y todas las cosas que me dolían. Y sin embargo, ella tenía razón en muchos aspectos.

Me armé para voltearla a ver nuevamente, dispuesto a herirla con una estocada más profunda a su cara de idiota riéndose de mí.

-Si lo que te agobia son identidades de género sexual, Leah ¿Dime cómo crees que sentimos nosotros mirar a Sam a través de tus ojos? La pobre Emily tiene bastante contigo y no necesita que nosotros demos muestras de "hombría" -enfaticé la palabra - cuando también lo vemos

Y a pesar de mi enfado, no pude dejar de sentirme de cierto modo culpable al ver el dolor cruzarle como una flecha en su cara.

Se levantó, como si le hubieran llamado por un silbato amaestrador y salió corriendo hacia los árboles, haciendo más ruido que un concierto de garage de rock. Y después de la culpabilidad, venía el repunte: reí sarcásticamente moviendo la cabeza.

Sabía que la bronca ya estaba armada, y tenía su recompensa: Leah no me volvería a molestar, y si había ocasión, repetiría el teatrito.

Y lo que había dicho me estaba matando de dolor. Maldita sea. Leah tenía razón y ahora no olvidaría lo que me había dicho, no podría olvidar tanto dolor.

Porque podría vivir con él el resto de mi jodida vida, aprendería a vivir con el dolor como si fuera una rémora y yo el tiburón, su huésped. Mermaría mis pocos momentos de felicidad, pero seguiría viviendo, dando tumbos por ahí. Era ingerible que Bella hubiera escogido a otro, sólo apenas ingerible.

Pero lo que sí me mataría sin duda alguna, sería ver a una Bella cazando humanos, de ojos rojos y mirada enloquecida. Una Bella que no tendría una mente que recordara nuestros momentos juntos. Una Bella que sacrificaría todo, absolutamente todo por ser una chupasangre.

La única salida que tenía era ser un animal, para no sentir, o no de este modo... pero gracias a Leah, esa válvula de escape estaba atorada, pues no quería saber las sandeces que estaría pensando de mí ni sus lloriqueos por Sam en estos momentos.

Ahora ¿en qué guerra estaba metido? ¿En la estúpida guerra contra los vampiros? ¿contra mi agonía? ¿contra mi dolor? ¿contra mi ira? ¿contra mi amor? No me hallaba como un humano, pensaba y sentía demasiado como para seguir soportándolo. Sólo miré el infinito extendido ante mis ojos sin intentar pensar sobre una Bella vampiro que tuviera ganas de asesinarme... ¿yo tendría las agallas para no querer matar a un chupasangre?

Horas después volví a mi casa, sólo con un estómago crujiendo de hambre y que botó al momento de entrar a mi casa y ver a papá, que parecía tener un gusanillo dentro que lo hacía moverse demasiado, como cuando había algo qué decir…



OFF: Leah, aquí cerramos, va? seguiré el post con Billy

Espero no te importe cierre yo y no Rosalie, si es asi ni modo.