Escuchando una ópera en Sidney~

Ahora, por primera vez. Dejé el destino a un lado y emprendí mi nuevo viaje hacia Sidney. Cuando yo era pequeña, mis padres me llevaban a la ópera londinense cada fin de semana. Amé la ópera desde mi niñez, y siempre la amaré. Me trae un cálido recuerdo de mi padre, quien amaba este estilo de música. Mi avión estaba aterrizando, y el día estaba completamente nublado, con unas lloviznas pronosticadas (Cosa que resultaba ventajosa para mi favor). Cuando llegué al aeropuerto, olfateé una rico pastel proveniente de la cafetería, y fuí corriendo tras aquel apetitoso edor. Hasta que cuando llegué, olfateé una fragancia diferente. Una fragancia un tanto familiar, de una criatura que no era mortal. Le eché los ojos ensima, a una hermosa chica, que según parecía estaba retorciendo su nariz al oler el perfume de la comida humana, en la puerta de la cafetería. Ella se me quedó mirando, al igual que yo. Finalmente ingresé a la cafetería, cogí un trozo de pastel de chocolate y me senté en una mesa comunitaria, la misma en la que se sentaban aquella hermosa chica, junto con un atractivo muchacho.

Cuando me baje del avión me dirigi a la cafeteria pues traia un poco de hambre. El olor de la gente de aqui era un poco raro pues era extraño. Me dirigi al estante de comida y compre una malteada y una pieza de un pastel de zanahoria. Me senté en una de las mesas del final para poder disfrutar de mi almuerzo. Pasaron varios minutos y un chico se sentó en la mesa en la que me encontraba. Lo miré y despues regrese la mirada a mi comida. Me di cuenta de que el chico era un humano, pues no desprendia el olor que lo distinguiria. El parecia tener hambre pues se veia un poco palido. Me percaté de un olor familiar- el de un vampiro. Comenzé a buscar entre la multitud de gentes que se encontraban ahi. La miré a lo lejos, era una chica muy bonita. Tomo su comida y se sentó en la mesa con nosotros. Ninguno de nosotros decia nada asi que decií hacerlo yo. -Hola- dije un poco nerviosa.

Ella nos saludó -Buenos días, señorita. Buenos días señor -Los saludé de una forma un tanto tímida. Gesto que odié al instante, ya que no era una persona tímida -Mi nombre es Jazmín. Vengo de Inglaterra, ¿ustedes? -Ella me miró con un gesto tímido y vacilante, mientras él me miraba con cara de pocos amigos. Realmente me sentí humillada en aquel momento. Incluso me ruboricé, cosa que no hacía desde hace años ya. Incluso lancé una mirada traviesa, gesto único que siempre le seguía al gesto de humillación.

Sonrei amablemente cuando me di cuenta de que habian respondido a mi saludo.
-Yo soy Aris, vengo de Arizona- le dije a la chica que me habia preguntado. Se notaba que el chico era algo timido pues no decia mucho. lo que si noté es que nos obserbava mucho. -A dondé se dirigen?- les pregunté interesada. Tomé un bocado de mi pastel y un sorbo a mi malteada. Regresé la mirada hacia ambos para esperar su respuesta.

Miré a ambos y les sonreí -En realidad.. no me dirijo a ningún lugar en particular. Simplemente he venido a Sidney con el fin de poder escuchar buena música. O.. quero decir... ópera -Ambos sonrieron de una manera comprensible. Fije mi vista hacia el joven tan callado -Y tu; pareces ser algo timido. Puedo saber.. ¿Donde te dirijes? -Le dije con un tono de voz cálido y pacífico.

Sonrei al comentario de la chica. Debia admitir que nunca habia escuchado opera pues no era mi fuerte. Voltiamos a ver al chico quien estaba muy callado. La chica le preguntó algo, y lo unico que hize fue poner atención para escuchar la conversación.

Le sonreí al saber que él entendía de lo que yo estaba hablando -Sé lo que se siente estar entre una enorme tribuna con una armonía casi enviada por el mismo Dios. Es encontrar la paz. -Él se me quedó mirando seriamente, luego le pillé una pequeña sonrisa amistosa. Ella solamente sonreía amablemente. Luego entré en un estado de shock, cosa que significaba algo: Estaba por tener una visión. Esa visión se trataba acerca que se cancelaba un vuelo (Eso me dió una pista: Era una visión del futuro). Cuando me voltee hacia ellos, noté que ambos me miraban confusos y para romper el hielo dije- Emm.. disculpa pero creo que no podrás irte de aqui en 2 horas. Tengo el presentimiento de que cancelarán tu vuelo -El me miraba de una forma bastante confusa- Solo digo que lo supongo, por la forma en que la tormenta se aproxima. -Él levanto su mirada, y vió por la ventana. Luego frunció el ceño. Yo, mientras tanto lo observé de una manera un tanto penosa.

La chica se paralizó un momento y despues hablo con el chico. Tome un trago demimalteada y despues un bocado demi pastel. Me distraje un poco observando a todala gente que habia en este lugar.

Nose cómo decírtelo. Simplemente no tengo una fecha fijada para mi regreso. En pocas palabras.. volveré cuando me harte de estar en Sidney. -Largué una pequeña risita. Mientras tanto, me levante y cogí otro trozo de pastel, que por cierto estaba realmente delicioso - Y bien.. ¿quieren un trozo de pastel? Esta realmente sabroso y, para mi opinion, es recien salido del horno. Incluso esta calientito. ¿Quieren? -Cuando finalizé de mencionar lo del pastel me ruboricé en parte... ya que me dí cuenta de que había sonado extremadamente idiota.

Me llamo Jazmín, un placer -Le dije sonriente mientras me colocaba un suéter. Luego un olor, demasiado conocido para mi gusto, ingresó a mi nariz. Ese olor era el de sangre de vaca, junto con su carne. Ese olor me comenzó a marear, por no decir que era irresistible. Creo que incluso se me hacia agua a la boca, pero traté de controlarme lo más que pude. Luego les dije -Disculpen chicos, pero debo irme ahora. Tengo cosas que hacer, como revisar mi estadía e ir reservando un Restaurante para hoy a la noche ¿Les molestaría si nos volviéramos a ver en otra ocasión? -Ambos me mirar comprensivos -Nos veremos mañana frente al teatro de Óperas, ¿les parece?

Mañana a las 10, ¿les parece? -Miré a ambos con un gesto apresurado. Luego cogí mi bolso y comencé a caminar rapidamente, diriguiendome hacia la salida. Cuando al fin logré borrar ese aroma de la mente, respiré aire puro. Sinceramente nose la razón de que enloquesí por aquel aroma a sangre de animal, ya que yo soy vegetariana.