Conociendonos poco a poquito... {Albert ¬¬' XD}

¿Qué podía hacer yo? Una dulce niña de 5 años no podía pelear { bueno, si pero no me convenía} contra su madre. Era ilógico, tonto e irranozable: ¿como podía estar yo esperando en esta banca parisina a ese tipo?

Creía que mi madre le guardaría una especie de luto a papá. Creía que se abstendría de andarse besuqueando con cualquiera, por respeto al amor que tuvieron y por respeto a mí. ¡Seguramente cree que estoy pintada! No estoy preparada para ver pasar hombres por mi casa y que, cada determinado tiempo, se vayan como él.

Mis pequeños pies se columpiaban. Llegó con el helado y sonreí de buena gana aunque con resistencia. Agarre el cono con mis pequeñas manos y le di una buena lamida. Me miraba como..fascinado, se guramente por el hecho de que soy pequeña, hija de Zau y posible hija.

Qué cosas.

OFF

Es para que Luna&Albert se vayan conciendo. Verás, ALbert llevó a Luna a París para....viajar XD

Suspiré clavando mi mirada en mis botas vino hasta que Albert llegó. No forzé una sonrisa, sólo agarré el helado y lo mordí con cierto desdén. Pude sentir, no sé por que, mi propia apatía dejando desconcertado a ALbert. TRaté de canalizarme a un buen camino, suspire de nuevo.

- Gracias- dije sin mostrarme seria o demasiado agradecida. Comí de nuevo y alzé la vista al escucharlo tratar de entablar conversación. Lo miré.

- El helado es de las pocas cosas que realmente disfruto- comenté mostrando más madurez que cualquiera podría esperar de una niña de 8 años, hablando mentalmente.

Luna miró a Albert. Poco a poco se iba haciendo a la idea que podría ser su papá. Esa idea no le agradaba mucho pero si eso hacía feliz a su madre estaría bien. Ambas necesitaban un hombre a su lado. Un verdadero hombre.

- Me acaban de regalar un perro, así que estoy leyendo sobre ellos- comenté después de haber masticado la galleta del cono- También me gusta ir de campo, nadar y practicar Tae-Kwon-Do-

La pequeña tenía un extenso horario de Lunes a Jueves que incluía escuela, pintura, piano, tae kwon do, natación e italiano. Le gustaba a veces por que no convivía mucho con su madre por que si le hablaba era para pelear o para ginorarla. Tenía que cambiar la relación entre ellas.

Luna arqueó una ceja y controlo las palabras que diría, suspiró. Dió otra lamida. - Me gusta la naturaleza- admitió serena mientras se levantaba después de que ALbert sugiriea esa idea.

Se levantó cuidando que su vestido no se hiciera feo y que no se le viera nada indebido, sus mallas blancas calientitas cubrían sus piernas. Al sentir el tacto de él, s ehizo para atrás. Tomó la servilleta y ella misma se limpió sus mejillas. No le agradaba el tacto.

Las miradas se hicieron presentes. Luna odiaba esa mirada de compasión de "Ohw, perdón no tienes papá" o las de "la niña sin papa JAJA". Aunque en esta sociedad más liberal era mucho m´s común los padres solteros, nadie estaba preparado. Más bien, todos tenían el tinte conservador en sus acciones.

Asi que, protegiendose Luna mandaba alguna que otra mirada hostil. Después, dejó de importarle. Si a ella le mantenía con cuidado, se reflejaría. Y la dejarían de molestar al fin. Miró a Albert alzando su cabeza. Era muy grande.

- Al...- meditó un momento y arqueando la ceja, corrigió tranquilamente- A la playa, te parece bien.- comentó no preguntando si no afirmando. Las playas aquí eran frías. No era Cannes.

Luna se subió escondiendo su desconfianza. No le agradaba fingir que estaba sorprendida: estaba normal, podía soportar el viajesito. Todo por su mamá...y por el deseo de formar una familia.

La niña se comió el helado de un sólo gran bocado, lamiendose sus labios. SOnrió satisfecha y se sentó en el asiento del copiloto. Se quitó sus botitas, se pusó el cinturón.

Escuchó a Albert y arqueó una ceja. - No sé que eres- comentó naturalmente- tengo unas ideas. Hay muchas cosas locas por aquí. - admitió frunciendo ligeramente el ceño, un poco frustrada al no comprender la magnitud de lo que hablaba.

Dejó de hablar para Albert le explicara todo.

Luna mordosiqueó su labio con una impaciencia que se podía sentir. Sus pies se apoyaron en el salpicadero, haciendo molestar un poco de ALbert pero ella no los quitó, estaba cómoda así.

El cabello rubio caía en su frente normal, tapando sus hermosos ojos azules. SU rostro parecía estar tranquilo. Rió suavemente aunque su risa no demostraba gracia y frunció el ceño.

- No soy fácil de sorprender- comentó chasqueando la lengua, despreocupadamente, cuando vió la playa. Retomó las riendas de las preguntas. - ¿Qué eres? Debes recordar que mi edad mental es de 13 años.

-Algo así- murmuró mientras bajaba del coche y se arreglaba el doblez de su vestido. Miró la playa y sonrió abiertamente mientras agarraba su inseparable mochila. Comenzaron a caminar, buscando un lugar con alguna sombra.

- Mamá dijo que era mitad y mitad, que debía quedarme callada cuando quisiera sangre- comentó con naturalidad, cuidando el tono de su voz. - ¿Eres vampiro, cierto?- preguntó tan bajo que sólo pudiera oír él.

Suspiré de gran alivio cuando me di cuenta de que ya lo sabia. No me sentia tan presionado ahora. Sonrei y la miré mientras caminabamos -Si, soy vampiro- dije y miré hacia la palya. Habia una palmera grande que daba mucha sombra. Caminé hasta allá y me senté soltando un suspiro. -Soy vampiro, pero no debes preocuparte Luna me se controlar, y ademas no bebo sangre humana soy "vegetariano"- dije haciendo la señal de comillas con mis manos y despues soltando una risita.