Despejando la mente (vampiro, half o humanos)

Ya llevaba tiempo trabajando en un nuevo libro y habia jurado que ese dia lo dedicaria a terminarlo o por lo menos a saber como acabar con el villano. 'Takeshi, estas fastidiado. Sal de aqui!', pense. Me recargue en la silla y me impulse hacia atras, lejos de la laptop. Estire los brazos y puse las manos en la nuca. Gire en la silla, viendo el departamento alrededor hasta que el vaiven se paro justo frente a una vieja armadura y el par de katanas que de vez en vez usaba.

Fastidiado, me levante rapidamente y tome un abrigo negro detras de la puerta antes de salir de ahi.

el viento estaba realmente frio y aun asi la tarde se veia limpia y agradable para caminar un rato, esperaba que el bullicio de la ciudad me despertara ideas o el ver cosas nuevas despejara la mente. Quien sabe, podria tener la oportunidad de conocer a alguien interesante. reí de mi. Yo no era del tipo social.

Hacía tiempo que deceaba regresar al que una vez fue mi hogar, malos recuerdos invaden mi mente, aun asi estaba feliz por haber vuelto. La tarde era fria, tal y como me gustan, el viento helado era como una suave caricia en mi rostro, por un momento cerré mis ojos y al abrirlos, no pude evitar el ponerlos sobre alguien que tenia un olor familiar. Creo que él sintió lo mismo pues se detuvo ante mi y fue el primero en hablar.

Mientras mis pasos recorrian la transitada calle del barrio, un peculiar olor llego a mi. Sus rasgos eran propios del pais, pero su olor me decia que no vivia aqui.
Era bonita, lo admitia. aunque pude notar que pertenecia a una raza a la que yo solo era a medias.

Ella se detuvo y las miradas se cruzaron.

--Konbanwa. -- Hice una pausa. --Puedo ver que es alguien parecido a mi. Bueno, usted lo es por completo.--

Konbanwa ---le repondí--- , De pronto me sentí un poco inquieta, no sabia por qué, pero este extraño me inspiraba confianza; sin embargo su presencia en ese lugar me llenó de curiosidad, pues yo sabia exactamante a qué habia regresado, pero él, quien sabe... tal vez podria ser de mucha ayuda, despues de todo, el lugar habia cambiado bastande desde la ultima vez que habia pisado mi nacion.

Y qué hace un halfblood como tu por aquí? ---le pregunté---

Reì con ironìa ante su cuestionamiento. --Yo vivo aquì.-- Afilè la mirada y me acerquè un poco a ella. --Usted, ciertamente aquì naciò, pero no reside. Què la trae de nuevo por estos rumbos? -- Me inclinè un poco, cerrando un tanto la distancia entre las estaturas.

Crees que vas a intimidarme con la postura que has tomado ---pensé, pues al contestarme se colocó frente a mi y acortó la distancia.

No dejé que eso hiciera que retrocediera, sino todo lo contrario, levanté mi cara y lo vi fijamente a los ojos. "si, nací aqui en Japon, y qué me trae de regreso? (en este momento desvié la mirada y respiré profundo), lo que me trae de regreso es mi constante caceria de los que me hicieron mucho daño" ---le contesté---

Por cierto soy cazadora de licantropos, aunque para mezclarme entre los humanos, soy maestra de artes marciales ---le dije---

Y usted, señor Shiraoka, a que se dedica?--- le pregunté---

Me incorporè, podìa ver que era fuerte y no se intimidaba, eso me agradò. Pero cuando le preguntè el motivo de su regreso, sòlo atino a mostrar una sombrìa mirada y a manifestar odio por las bestias que al parecer habìan afectado por completo su vida.

—Supongo que siempre son las deudas del pasado las que nos obligan a regresar a las raìces... — Comentè sin quitarle la mirada de encima.

"Cazadora y maestra. Tal como lo fui." pensè. — Alguna vez fui cazador tambièn, pero ahora soy escritor. Casi humano...— Dije lo ùltimo sarcàstico.

"Takeshi! Tù? Socializando de la nada?" me preguntè. Despuès de todo querìa aires nuevos, ¿por què no simplemente platicar con alguien nuevo?

si, las deudas del pasado, pero para serte sincera ya queria regresar, aunque esto despertara en mi los mas horribles recuerdos--- le contesté ya un poco mas relajada---

Comencé a caminar y él me siguió....

Asi que fuiste cazador?, cúal es tu tragica historia?, creo que todos los de nuestra especie la tienen ---le dije mientras seguia caminando y di una vuelta alrededor suyo mirandolo de arriba a abajo---

Caminamos juntos por la calle y siguiendo con la plàtica, se interesò por mi pasado.

— Cierto. Parece que es la cuota que uno debe pagar por la inmortalidad. Aunque bàsicamente no busco venganza, tal vez conocer a quien me concebiò, pero no estoy del todo convencido... — La vi rodearme con la mirada, asì que cuando pasò frente a mi, la tomè de la cintura y emparejè a mi ritmo.

—Quieres dejar de verme como si fuera comida. — Me dedicò una aguda mirada y se zafò de mi brazo. — Sòlo caminemos o vamos a algùn lugar, extraña. —

Quien dice que te veo como comida? ---le contesté, levantando una ceja con una postura un tanto arrogante y quitando su mano de mi cintura---

Podemos seguir caminando, la tarde es muy agradable, o tienes algo que hacer, ehh... escritor? ---le dije en tono un tanto burlesco---

Pues practicamente soy nueva en la ciudad, asi que donde quiera que valla me resultará interesante ---le dije---

y dime, por qué tienes miedo? ---le pregunté---

"Segura de sì misma". La analicè. Sonreì sarcàstico ante su pregunta.

— No temo. Sòlo que estàs entre humanos, recuerdas?. — Desviè los ojos hacia una chica que pasaba al lado y que parecìa nos habìa oìdo, pues su temerosa mirada nos repasò. — Wakarimasuka. —

Seguì caminando con la vampira siguiendo al lado. —Y no, no tengo que hacer. Por el dìa de hoy estoy bloqueado y sin ganas de escribir algo màs. Asì que, estoy dispuesto a pasar el resto de la tarde-noche con esta extraña hematòfaga. —La escuchè reìr por lo bajo.

A unos cuantos pasos divisè una lugar que solìa frecuentar y en el cual tenìa algunos amigos. La jalè al interior. El bar estaba unicamente alumbrado por las luces neòn. — Chotto matte kudasai. — Le pedì y la dejè sentada en los primeros asientos de la barra.

Caminè al fondo del bar y, a los pocos minutos saliò a mi paso un viejo amigo. No literalmente, pero lo conocìa desde hace un tiempo. Lo saludè e hice una peticiòn al oìdo. Inmediatamente se ausentò en le almacèn por un momento. Volteè a ver a mi "amiga" y la encontrè aùn en la barra, miràndome curiosa.

Mi amigo volviò y me entregò una bolsa mediana con una botella y otras cosas dentro. Deslicè en su mano el pago y dì media vuelta, caminando hacia la vampira. — Vàmonos.— Le dije ya estando frente a ella...

Baka ---me dije en silencio---, Por un momento olvidé que habia humanos al rededor, debe ser que.... me la estoy pasando bien? ---pensé---

Arigato, ---le susurré---

No eres muy listo, que clase de escritor eres? Mi pregunta no era por eso, pero esta bien, tal vez algun día yo misma descubra la verdadera respuesta... ---le dije mostrandole una sonrisa--- A lo cual el simplemente respondió que estaba bloqueado y que no tenia ganas de escribir.

Seguimos caminando, y en un momento estabamos fresnte a un bar. Que no sabes que yo no puedo beber, ---pensé-- Aun así me jaló al interior del lugar, habia poca gente, pero inmediatamente supe que algunos de ellos eran de nuestra especie, me detuvo frente a la barra y me dijo que esperara, Tú dandome ordenes---pensé, pero solo me limité a verlo con los ojos entre cerrados---

Lo vi dirigiendose al fondo del bar y entró a lo que parecia ser un almacen. Se está tardando..., mas te vale que no sea una clase de trampa, porque si lo es, vas a conocer a esta vampirita ---pensé--- Todavia no terminaba mi pensamiento cuando un hombre se me acercó, "Por qué una lindura como tu está tan solita, queres que te acompañe, asi podré cuidar de ti?"---me susurró al oido--- Yo, solo me limité a girar mi cabeza y quedar frente a él, "Si no te vas, el que va a necesitar proteccion será otro" ---recorrí con mi dedo su cuello diciendole con una voz sensual, pero dejandole notar y sentir que era peligrosa--- El hombre, un poco desconcertado, se hizo hacia atras y salió del bar, yo lo seguí con la mirada y al voltear denuevo hacia el almacen, alli estaba ya mi nuevo... amigo?, pero salió acompañado por otro hombre, observé cada uno de sus movimientos, pues aun no estaba segura de sus intenciones. ---Fruncí en ceño, al ver que algo le dijo al oido--- El hombre entró de nuevo al almacen, tardó un momento y al salir traia algo en las manos, no alcancé a ver que era, se lo entregó a mi nuevo amigo, y éste le dió algo a cambio.

Inmediatamente despues de eso, regresó conmigo y al estar frente a mi me dijo que nos fueramos. Le hice una seña con la cual le indicaba que saliera primero él, una vez fuera del bar, esperé a alejarnos un poco del lugar (yo seguia un poco detras suyo), puse mi mano en mi "Tanto", (la cual siempre traia conmigo).

Sutoppu...!!! korewa nan desuka?---le pregunté energicamente mientras apuntaba con la mirada hacia la bolsa que le habia dado el extraño del bar---

— Ya lo veras. No seas paranoica. — Dí media vuelta y segui caminando. Sentí que no me siguio y voltee a verla. — Vienes?— Hice una pausa. — A que le temes? —

Subitamente se detuvo al escuchar mis palabras y con voz y postura fime me contestó.

Yo, me detuve y al escucharlo lo ví con cara de asombro, aun me sentia algo insegura, pero bajé mi mano, la cual antes empuñaba a mi fiel compañera. No hice movimiento alguno. Que estas tramando?---pensé--- De nuevo volteó a verme, Vienes?, a qué le temes?---me preguntó---

Yo no le temo a NADA!! ---le contesté con un tono arrogante y lo seguí---

A dónde nos dirigimos? ---le pregunté---

— Yare, yare... Que valiente eres. — Dije en tono burlon. — Vamos por aqui. — Le indique que me siguiera. Cruzamos la calle y pude ver que estabamos cerca de la bahia y de un templo al que disfrutaba ir.

— La tarde esta nublada y pronto anochecera asi que estaras bien. — Comente mientras caminabamos en medio de algunas personas que compraban en pequeñas tiendas alrededor de nosotros. — Espero te guste el lugar. Tal vez te traiga viejos recuerdos, por lo antiguo que es. Esta a la orilla del mar. —

Seguimos caminando, ahora con rumbo a lo que parecia ser un templo, me dirigió unas palabras, pero noté que se burlaba de mi, "Calma Yami, calma, solo quiere desesperarte"---pensé--- Despues me hizo un comentario y yo le respondí con una pregunta: "Que te hace pensar que tengo problema alguno, no ha..." Al dar la vuelta quedó de frente el mar, las luces del templo se reflejaban en el agua, dicha escena me quitó las palabras de la boca, pues me hizo recordar una parte de mi pasado...

De pronto me encontraba alli, parada, con la vista perdida, recordando tan calida memoria. ¡Como te extraño!---susurré---

Pude notar que se sorprendio ante la vista del templo. No podia negarlo, en parte por eso amaba el lugar, ademàs de estar cerca del agua. La observe por unos segundos. Habìa nostalgia en su rostro, definitivamente el lugar le habìa traido recuerdos. Por un momento su mirada y atenciòn se perdieron.

Me coloquè detràs de ella y me inclinè a la altura de su oido. — Kyuuketsuki amattarui. — Susurrè en su oìdo y en ese momento saliò de su trance. Volteò su rostro y me fulminò con la mirada. Le respondì con una cìnica sonrisa...

— Quieres conocerlo de cerca o te quedaràs aqui? —

Sentimental...? Quien se cree que es, no me conoce en lo absoluto.---pensé--

Me di media vuelta y seguí caminando hacia el templo. Qué esperas?---le dije dandole la espalda---

Caminanos entre dos antiguos edificios. El conjunto estaba formado por varios pequeños templos y otros màs grandes, ademàs del principal en el que se juntaban las colegialas a pedir que el amor llegara y durara en sus vidas. "Eso es algo que nunca se sabe. El amor, lo ùnico que hace es ponerte una venda ante la realidad" pensè.

A lo lejos vi el barandal que del mirador y escuchè el vaivèn de las olas del mar. Del sol solo quedaba una tenuè coloraciòn rosàceo-anaranjado detràs de las nubes. La noche ya estaba sobre nosotros. A un lado de nosotros el tenebroso resplandor de la luna se asomaba una que otra vez entre la espesura. Me adelantè a la extraña, dirigièndome al mar. El viento me saludò, filtrandose entre mis cabellos y cerrè los ojos por un momento. Volteè, recargando los codos sobre la barandilla de madera. Las ùnicas luces que habìa eran algunas lamparas en los postes y algunas linternas sobre el agua de un estanque.

— Le es de su agrado? — Preguntè refiriendome al lugar.

Estaba equivocada, el extraño, ahora ya no tan extraño, no queria atacarme, bueno por el momento no lo parecia... aun asi yo siempre estoy preparada---pensé---

Una risita malevola se escapó de mis labios, la cual rompió el silencio que habia quedado despues de su pregunta.

Señor Shiraoka, puede llamarme Akako, tanta formalidad la reservo solo para mis estudiantes---le dije---

Y.... si, el lugar es estupendo, en America no hay vistas como estas. Por cierto, ahora si va a decirme que es lo que trae en esa bolsa?.---le pregunté---

— Bien, como desees Akako. — Desviè la mirada a la bolsa en mi mano. — Tanta curiosidad le da? — Afilè la mirada y notando su impaciencia, metì una mano en la bolsa y saquè un pequeña copa. Se la di y la tomò con extrañeza. Por mi parte, saquè la botella y de un jalòn le saquè el corcho que estaba semi puesto.

— Dìme, Akako. Reconoces este olor? — Deje que el olor del contenido llegara a su olfato por acciòn del viento. Inmediatamente note sus ojos cambiar a un vivo escarlata.

— Me parece que si... — Le sonreì con ligereza.

La caminata habia cesado y nos llevó a ese lugar con tan magnifica escena, sin embargo me mostraba un poco impaciente pues estaba intrigada por lo que aquel hombre del bar le habia dado a Takeshi... (Takeshi, no puedo evitar ponerme melancolica con tan solo recordar ese nombre...)

Mi atención regresó a la bolsa, entonces él, sacó una copa y la puso en mis manos. De que se trata esto?, intentas darme algo a beber?, acaso no recuerdas que soy completamente vampiro? ---pensé mientras sostenia la copa--- A menos que se trate de... Después sacó una botella, y de un tiro le quitó el corcho. El viento hizo llegar hasta mi un olor exquicito, que no podia ser otro que el de sangre humana, la cual me hizo encender la sed que hasta el momento habia controlado. En mi trance provocado por tan exitante aroma, alcancé a escuchar unas palabras que Takeshi me habia dirigido, aunque siendo sincera no distinguí con claridad.

Me parece que sí ---me dijo mientras sonreia---

Yo, cerré los ojos y al abrirlos reaccioné. Te parece que si... de que hablas?---le pregunté---

— Hablo de que estas sedienta de esto... — Levantè la botella sacudièndola un poco. Suponìa que desde su llegada no habìa probado ni gota, asì que maliciosamente jugaba con su necesidad.

Me acerquè y vaciè en su copa un poco del preciado lìquido. — Supongo que prefieres obtenerla de otro modo, pero por el momento, relàjese... — Dije amable. En otra copa servì un poco para mi y deje la botella de lado en el piso enlosado. — Estoy imaginando o en verdad este lugar le trae nostàlgicos recuerdos? — Preguntè mientras tomaba de mi copa.

Takeshi se inclinó, colocó la bolsa en el suelo junto a uno de los escalones de la entrada del Templo, se sentó junto a ella, ya sentado me mostró la botella, noté en su cara la facinacion que le producia el ver reflejada mi sed. Si, mi sed era mucha y con semejante provocacion ya no podia controlarla más. Me senté a su lado y acerqué mi copa, mi respiración se agitó al percibir el exquisito aroma de la sangre mientras Takeshi la llenaba, luego sirvió un poco para él y colocó la botella un escalón mas arriba.

En inumerables ocaciones conseguia sangre sin dificultad y siempre la obtenia directamente de mis "victimas", pero la manera en como este "hombre" la habia adquirido, no puedo negar que en cierta forma era algo exitante...

Ambos teniamos las copas listas para que consumieramos su contenido, pero en ese momento un recuerdo llegó a mi mente. Es como si esto ya lo hubiera vivido---pensé--- En ese momento aclaré mis pensamientos y con exactitud ví esa escena de mi pasado, cuando aun era humana y tenia conmigo a las personas que amaba. Creo que mis pensamientos se vieron reflejados en mi rostro y en mi actidud, pues Takeshi.... maldición, debo dejar de llamarlo así... bueno "él" me preguntó si el lugar me era nostalgico.

Al escuchar sus palabras, salí de mis memorias, vi mi copa, despues lo ví directamente a los ojos. "La verdad, el lugar es muy bello, (me voltee para quedar en dirección del mar) pero la nostalgia es algo que dejé de sentir hace mucho tiempo". ---le dije arrogantemente, tratando de ocultar lo que realmente sentia---

Al pronunciar la ultima palabra di un sorbo a la copa, cuando la retiré de mis labios, una gota de sangre se escapó de mi boca y comenzó a deslizarse hacia mi barbilla, la detuve con uno de mis dedos, alejé un poco mi mano y la observé.

"Cómo consiguen esta sangre?, por su sabor se que es fresca, puede que sea una cazadora, pero el matar humanos no es de mis actividades favoritas." ---le pregunté mientras seguia observando la gota de sangre en mi dedo---

— Disfruta del misterio, Akako... — Dibujè una pequeña sonrisa maliciosa. — No siempre es bueno saber los detalles. — Mirè que frunciò el ceño, como pensando lo peor. Quien sabe que tanto habrà pasado por su mente en esos momentos.

— No te preocupes. Nadie muriò para obtenerla. — Apuntè a su copa con la mirada, pero seguìa sosteniendo la gota de sangre en su dedo, mientras me miraba con desconfianza.

El gesto en mi rostro se tornò serio y la mirè a los ojos, como tratando de saber que pensaba. "Inùtil. Ese no era mi don... " pensè. Me acerquè y tomè su mano, sentì que se exaltò un poco, pero aùn asì la llevè a mi boca, lamiendo con cuidado la gota de sangre de su dedo mientras aùn la miraba. — Sòlo confìa. — Le pedì una vez separado de ella.

— Y en cuanto a la nostalgia... — Cambiè el tema. — Se te nota en la cara. Yo puedo verla. —