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22 de Noviembre (Heidi)
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22 de Noviembre (Heidi)
El 22 de Noviembre era una fecha importante, una de las fechas que siempre tenía presentes y que por más siglos que pasaran por mi existencia no podría olvidar o dejar de tener presente, muy temprano por la mañana me había levantado e ido a la habitación de Heidi para llamar su atención con un suave beso de buenos días, sino era que la denominación correcta sería buenas madrugadas, en la frente y decirle que se vistiera por que le tenía una sorpresa. Una sonrisa radiante había asomado en su boca y eso era todo lo que necesitaba, espere a que terminara de vestirse y después le tendí un largo y sobrio abrigo de Mink que combinaba con el que yo llevaba puesto.
El viaje en avión no había sido incomodo ni tampoco largo, apenas aterrizar en el aeropuerto de Moscú un Aston Martín rentado especialmente para la ocasión nos estaba esperando, el tiempo que tomamos en caminar hacia donde se encontraba el auto entrelacé mi mano hacia la de Heidi mientras gruñía por lo bajo al ver las miradas de las que era objeto, una vez en el auto llegamos rapidamente a nuestro destino.
El parque Gorki con sus 100 hectáreas en las que se emplazan variados jardines, lagunas, áreas de recreación y espacios deportivos, en uno de esos varios jardines frente a una hermosa laguna que había sido cerrado ese día por orden mía era donde nos encontrábamos ahora, tomé a Heidi por la cintura mientras depositaba un beso en su sien y le susurraba al oido
Feliz cumpleaños Di, cada día te pones más hermosa prima querida, y cada vez que poso mi vista en ti no puedo dejar de apreciar lo afortunado que soy al tenerte a mi lado. Hace muchas décadas atrás en este mismo lugar te hice una promesa y ahora la estoy cumpliendo ¿recuerdas aquel día?
Tiempo atrás en ese mismo lugar que evidentemente se encontraba ocupado por otro tipo de construcciones le había prometido que regresaríamos algún día para disfrutar, solo para disfrutar del lugar ya que ella se había enamorado de su hermosura aunque en ese momento esta se encontraba algo desgastada a causa de las interminables guerras sociales que se daban en Rusia
El viaje en avión no había sido incomodo ni tampoco largo, apenas aterrizar en el aeropuerto de Moscú un Aston Martín rentado especialmente para la ocasión nos estaba esperando, el tiempo que tomamos en caminar hacia donde se encontraba el auto entrelacé mi mano hacia la de Heidi mientras gruñía por lo bajo al ver las miradas de las que era objeto, una vez en el auto llegamos rapidamente a nuestro destino.
El parque Gorki con sus 100 hectáreas en las que se emplazan variados jardines, lagunas, áreas de recreación y espacios deportivos, en uno de esos varios jardines frente a una hermosa laguna que había sido cerrado ese día por orden mía era donde nos encontrábamos ahora, tomé a Heidi por la cintura mientras depositaba un beso en su sien y le susurraba al oido
Feliz cumpleaños Di, cada día te pones más hermosa prima querida, y cada vez que poso mi vista en ti no puedo dejar de apreciar lo afortunado que soy al tenerte a mi lado. Hace muchas décadas atrás en este mismo lugar te hice una promesa y ahora la estoy cumpliendo ¿recuerdas aquel día?
Tiempo atrás en ese mismo lugar que evidentemente se encontraba ocupado por otro tipo de construcciones le había prometido que regresaríamos algún día para disfrutar, solo para disfrutar del lugar ya que ella se había enamorado de su hermosura aunque en ese momento esta se encontraba algo desgastada a causa de las interminables guerras sociales que se daban en Rusia
Afton Volturi- Volturi
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Localización : en... por ahí =)
Re: 22 de Noviembre (Heidi)
Hacía tanto tiempo que la importancia de este día se me había olvidado que ni siquiera recordaba que justamente habíamos entrado en él. Tiempo había pasado desde que había venido a este mundo, al menos como mortal. Aún recordaba las fiestas que ofrecían en mi honor cada que un nuevo cumpleaños llegaba, los regalos no se hacían esperar: juguetes, los juguetes dieron paso a los vestidos, con los vestidos vinieron las joyas justo cuando me convertí en una señorita, justo cuando me presentarían ante la sociedad y sería el trofeo de algún aristócrata. ¿Qué se suponía debía hacer? En ese entonces Afton se había marchado, lo extrañaba más que a nada ni nadie, era mi primo, mi hermano, la razón que me hacía sonreír entre todo ese mundo donde lo único que se buscaba era quedar bien.
Me había sumido en mis pensamientos durante toda la noche anterior a mi cumpleaños sentada en un sillón que estaba frente a una gran ventana que daba a los jardines del castillo, mi cama por supuesto estaba intacta, parecía de un museo, con las sábanas blancas de seda dándole un aspecto cómodo y de lujo. Irónicamente yo solo la utilizaba para otras cosas, pero no para dormir. Tenía tanto tiempo que no dormía, pero por costumbre solía ponerme algo más cómodo, solía andar en top y un bóxer mientras generalmente me ponía a leer algún libro de la vasta biblioteca con la que contábamos.
Suspiré pasando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja cuando un efluvio demasiado familiar me hizo sonreír, mientras correspondía a su beso con el mismo cariño. Asentí y rápidamente me puse un vestido que enfatizaba perfectamente mis curvas y me hacía lucir aún más hermosa de lo que ya de por sí era. Un viaje fuera de Volterra no me caería mal, los maestros no me dirían nada si salía este día. Después de todo había suficientes humanos en las mazmorras si alguien necesitaba algo.
El viaje fue cómodo, lo normal. Me causaba ternura ver como se ponía al ver como las miradas se posaban en mi sin excepción, yo me sentía halagada, me encantaba sentirme el centro de atención y admiración. Era como si se tratara de una droga para mí.-Vamos Afton, sabes que nunca estaré a su alcance, ellos no están a mi altura, no son más que alimento.-le dije con una media sonrisa mientras caminábamos por el aeropuerto.
No imaginaba que fuera a llevarme a aquel lugar después de tanto tiempo. Era como si de repente estuviéramos viajando en el tiempo. Aún recordaba ese hermoso lugar como si hubiera sido el día de ayer, era hermoso y perfecto. En aquel lugar él y yo habíamos prometido estar siempre juntos, y regresaríamos a este mismo lugar siempre que nos fuera posible. Se había convertido en un lugar especial para ambos.
-Gracias Afton… Soy afortunada de haberte encontrado de nuevo, sin ti no sé
qué sería de mí ahora…-le dije sinceramente. Con él podía permitirme serlo, no había nadie más con quien pudiera tener ese nivel de confianza. El me conocía perfectamente con todos mis defectos y virtudes, era quien podía bajarme a la Tierra en un segundo y podía decir que yo lo escucharía.-¿Cómo podría olvidarlo? Ese día fue uno de los mejores que he tenido en mi vida…-comenté sonriendo. Estaba feliz, este cumpleaños esperaba fuera bueno, como hacía tanto tiempo que no pasaba uno.
Me había sumido en mis pensamientos durante toda la noche anterior a mi cumpleaños sentada en un sillón que estaba frente a una gran ventana que daba a los jardines del castillo, mi cama por supuesto estaba intacta, parecía de un museo, con las sábanas blancas de seda dándole un aspecto cómodo y de lujo. Irónicamente yo solo la utilizaba para otras cosas, pero no para dormir. Tenía tanto tiempo que no dormía, pero por costumbre solía ponerme algo más cómodo, solía andar en top y un bóxer mientras generalmente me ponía a leer algún libro de la vasta biblioteca con la que contábamos.
Suspiré pasando un mechón de mi cabello detrás de mi oreja cuando un efluvio demasiado familiar me hizo sonreír, mientras correspondía a su beso con el mismo cariño. Asentí y rápidamente me puse un vestido que enfatizaba perfectamente mis curvas y me hacía lucir aún más hermosa de lo que ya de por sí era. Un viaje fuera de Volterra no me caería mal, los maestros no me dirían nada si salía este día. Después de todo había suficientes humanos en las mazmorras si alguien necesitaba algo.
El viaje fue cómodo, lo normal. Me causaba ternura ver como se ponía al ver como las miradas se posaban en mi sin excepción, yo me sentía halagada, me encantaba sentirme el centro de atención y admiración. Era como si se tratara de una droga para mí.-Vamos Afton, sabes que nunca estaré a su alcance, ellos no están a mi altura, no son más que alimento.-le dije con una media sonrisa mientras caminábamos por el aeropuerto.
No imaginaba que fuera a llevarme a aquel lugar después de tanto tiempo. Era como si de repente estuviéramos viajando en el tiempo. Aún recordaba ese hermoso lugar como si hubiera sido el día de ayer, era hermoso y perfecto. En aquel lugar él y yo habíamos prometido estar siempre juntos, y regresaríamos a este mismo lugar siempre que nos fuera posible. Se había convertido en un lugar especial para ambos.
-Gracias Afton… Soy afortunada de haberte encontrado de nuevo, sin ti no sé
qué sería de mí ahora…-le dije sinceramente. Con él podía permitirme serlo, no había nadie más con quien pudiera tener ese nivel de confianza. El me conocía perfectamente con todos mis defectos y virtudes, era quien podía bajarme a la Tierra en un segundo y podía decir que yo lo escucharía.-¿Cómo podría olvidarlo? Ese día fue uno de los mejores que he tenido en mi vida…-comenté sonriendo. Estaba feliz, este cumpleaños esperaba fuera bueno, como hacía tanto tiempo que no pasaba uno.
Heidi Volturi- Volturi
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Re: 22 de Noviembre (Heidi)
Me detuve momentáneamente haciendo que ella se detuviera conmigo, nos encontrábamos a la mitad del camino hacia donde se ubicaba el hangar que guardaba el automóvil rentado para esa ocasión, mi mano libre fue hacia su mejilla para acariciarsela suavemente, su comentario había sido por supuesto acertado pero aún así no podía explicar la sensación que se apoderaba de mi pecho cada vez que alguien posaba su mirada en ella con evidente deseo, en cierta forma yo seguía viéndola como la pequeña niña a la que había protegido y amado por sobre todas las cosas, lo único que le había conferido sentido a mi vida mortal durante años, muchos años y la única persona en la que siempre pensé después de mi conversión, mi pequeña Di.
Mas a mi favor entonces, no deberían mirarte Di, eres demasiado para sus insulsos ojos mortales, ¿como podrías no serlo si incluso eres demasiado para los ojos de los inmortales? Mi bella y encantadora Heidi el mundo sería perfecto si tan solo yo pudiera mirarte, perfección con perfección es una buena combinación a pesar de que mis últimas palabras las había dicho en tono de broma y guiñándole un ojo ella sabía que las primeras iban totalmente enserio.
El panorama que se ofrecía ante nosotros era soberbio y hermoso pero a mis ojos palidecía cuando posaba la vista sobre mi amada prima, tal y como lo hacía en este momento en el que había escuchado la dulce melodía que producían sus labios cuando hablaba, su voz siempre había sido así de privilegiada, eso lo recordaba bien, no en balde su padre insistía en que cantará en cada una de las reuniones que se llevaban a cabo en el palacio en el que habíamos vivido en nuestra época de mortalidad.
Heidi siempre había atraído la atención e hipnotizado a todo aquél que la viera, era algo innato en ello por eso ahora nadie mejor que ella para ser la dulce carnada que atraía a los mortales como miel a las abejas aunque sus instintos de supervivencia les ordenaran irse, no podían luchar contra ese magnetismo nato que residía en ella.
Di, yo soy el afortunado de que el destino te haya puesto de nuevo en mi existencia, aún recuerdo todos esos años de añorarte y extrañarte, pocas cosas tenían sentido en ese entonces y de repente tú te apareciste ante mí como venida de un sueño para volver a darle sentido a todo me había colocado frente a ella y la tomaba por la barbilla con mis dedos índice y pulgar mientras la veía seriamente, le hablaba más enserio que nunca, pocas personas eran capaces de ver en mi, en lo que realmente era yo y de esas personas Heidi era quien mas buceaba en las profundidades de mi ser También fue uno de los mejores días de mi vida como todos los que paso contigo
No había nadie a los alrededores, sin previo aviso la tome de brazos y eche a correr con ella lo más rápido que era capaz, su grito de emoción hizo que soltara una sonora carcajada recordando juegos infantiles del ayer, cuando ella era todo mi mundo, debido a la velocidad no fue dificil cruzar por encima del agua sin apenas tocarla y llegar a un islote que se encontraba en medio de la laguna, el paisaje ahí era más virgen que en toda la región y la naturaleza parecía con más vida, el verde se veía más radiante y todos los colores armonizaban a la perfección
¿Te gusta? Quiero que el día de hoy sea totalmente perfecto Heidi hacia mucho tiempo que no salíamos de viaje tú y yo solo en plan diversión y, francamente, me has tenido abandonado medio reclame poniendo un gesto de contrariedad en la cara
Mas a mi favor entonces, no deberían mirarte Di, eres demasiado para sus insulsos ojos mortales, ¿como podrías no serlo si incluso eres demasiado para los ojos de los inmortales? Mi bella y encantadora Heidi el mundo sería perfecto si tan solo yo pudiera mirarte, perfección con perfección es una buena combinación a pesar de que mis últimas palabras las había dicho en tono de broma y guiñándole un ojo ella sabía que las primeras iban totalmente enserio.
El panorama que se ofrecía ante nosotros era soberbio y hermoso pero a mis ojos palidecía cuando posaba la vista sobre mi amada prima, tal y como lo hacía en este momento en el que había escuchado la dulce melodía que producían sus labios cuando hablaba, su voz siempre había sido así de privilegiada, eso lo recordaba bien, no en balde su padre insistía en que cantará en cada una de las reuniones que se llevaban a cabo en el palacio en el que habíamos vivido en nuestra época de mortalidad.
Heidi siempre había atraído la atención e hipnotizado a todo aquél que la viera, era algo innato en ello por eso ahora nadie mejor que ella para ser la dulce carnada que atraía a los mortales como miel a las abejas aunque sus instintos de supervivencia les ordenaran irse, no podían luchar contra ese magnetismo nato que residía en ella.
Di, yo soy el afortunado de que el destino te haya puesto de nuevo en mi existencia, aún recuerdo todos esos años de añorarte y extrañarte, pocas cosas tenían sentido en ese entonces y de repente tú te apareciste ante mí como venida de un sueño para volver a darle sentido a todo me había colocado frente a ella y la tomaba por la barbilla con mis dedos índice y pulgar mientras la veía seriamente, le hablaba más enserio que nunca, pocas personas eran capaces de ver en mi, en lo que realmente era yo y de esas personas Heidi era quien mas buceaba en las profundidades de mi ser También fue uno de los mejores días de mi vida como todos los que paso contigo
No había nadie a los alrededores, sin previo aviso la tome de brazos y eche a correr con ella lo más rápido que era capaz, su grito de emoción hizo que soltara una sonora carcajada recordando juegos infantiles del ayer, cuando ella era todo mi mundo, debido a la velocidad no fue dificil cruzar por encima del agua sin apenas tocarla y llegar a un islote que se encontraba en medio de la laguna, el paisaje ahí era más virgen que en toda la región y la naturaleza parecía con más vida, el verde se veía más radiante y todos los colores armonizaban a la perfección
¿Te gusta? Quiero que el día de hoy sea totalmente perfecto Heidi hacia mucho tiempo que no salíamos de viaje tú y yo solo en plan diversión y, francamente, me has tenido abandonado medio reclame poniendo un gesto de contrariedad en la cara
Afton Volturi- Volturi
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Re: 22 de Noviembre (Heidi)
Afton siempre me había protegido tanto como yo a él desde niños. Era como si desde entonces hubiéramos hecho una promesa sin palabras de protegernos sin importar que pasara. Yo me sentía de la misma manera respecto a todas las mujeres que osaban posar su mirada en él, a la única que se lo permitía y solo por el hecho que el la quería tanto como ella a él, era Chelsea, aunque incluso ahora siguiera molestándome de vez en cuando. En ocasiones llegaba a pensar que nadie lo merecía.
- Hermano, nos quedaríamos solos si eso ocurriese, no hay nadie tan perfecto que pueda compararse si quiera a nosotros.-le dije enarcando una ceja con una sonrisa de medio lado. Eso era cierto, no había nadie que pudiera competir con nosotros. El era absolutamente perfecto, conocía cientos de mortales e inmortales que matarían tan siquiera por poder acercase a él. Pobres ilusas que creían ser merecedoras de tan solo una mirada. Mis palabras habían sido totalmente en serio, aunque por el tono de su voz podía notar que se había tratado en parte de una broma.
En este momento me sentía bien, contenta, quizá como desde que era humana no me sentía. Cuando volvía a ser solo yo, no la carnada ni la guardia Volturi, ni el apellido pesaba en mí. No me quejaba, simplemente disfrutaba del momento. Entrar a la guardia había sido probablemente una de las mejores cosas que había pasado en mi existencia, algo que verdaderamente valía la pena.
-No sabes cuánto agradecí haberte encontrado de vuelta… Todo era horrible sin ti, nada tenía sentido… Y después simplemente aparecieron en mi vida y todo cambió-comenté refiriéndome a los Volturi.- Fue lo mejor, y después sin esperarlo ni imaginarlo reapareciste.-sonreí. Odiaba verme tan cursi, pero con él no era más que decir la verdad. Esta nueva vida fue perfecta en cuanto nos hubimos reencontrado. Además el era perfecto para la guardia.
-Me encanta, ¿acaso hay algo que hagas tú que no me guste?-pregunté sonriendo de medio lado, viéndolo fijamente. No había nada que Afton hiciera para mi que no me gustara. El siempre sabía exactamente como sorprenderme, que era lo que me gustaba y que me molestaba.
-Perdóname, prometo no volverlo a hacer, ahora estamos juntos y lo estaremos por siempre. –tomé su mano entre las mías, sonriéndole con ternura. Mi mirada era absolutamente sincera, como lo miraba cuando éramos pequeños. Sí, lo había abandonado, pero había sido por las guardias, las misiones, distintas ocupaciones que solíamos tener al pertenecer a la guardia.
- Hermano, nos quedaríamos solos si eso ocurriese, no hay nadie tan perfecto que pueda compararse si quiera a nosotros.-le dije enarcando una ceja con una sonrisa de medio lado. Eso era cierto, no había nadie que pudiera competir con nosotros. El era absolutamente perfecto, conocía cientos de mortales e inmortales que matarían tan siquiera por poder acercase a él. Pobres ilusas que creían ser merecedoras de tan solo una mirada. Mis palabras habían sido totalmente en serio, aunque por el tono de su voz podía notar que se había tratado en parte de una broma.
En este momento me sentía bien, contenta, quizá como desde que era humana no me sentía. Cuando volvía a ser solo yo, no la carnada ni la guardia Volturi, ni el apellido pesaba en mí. No me quejaba, simplemente disfrutaba del momento. Entrar a la guardia había sido probablemente una de las mejores cosas que había pasado en mi existencia, algo que verdaderamente valía la pena.
-No sabes cuánto agradecí haberte encontrado de vuelta… Todo era horrible sin ti, nada tenía sentido… Y después simplemente aparecieron en mi vida y todo cambió-comenté refiriéndome a los Volturi.- Fue lo mejor, y después sin esperarlo ni imaginarlo reapareciste.-sonreí. Odiaba verme tan cursi, pero con él no era más que decir la verdad. Esta nueva vida fue perfecta en cuanto nos hubimos reencontrado. Además el era perfecto para la guardia.
-Me encanta, ¿acaso hay algo que hagas tú que no me guste?-pregunté sonriendo de medio lado, viéndolo fijamente. No había nada que Afton hiciera para mi que no me gustara. El siempre sabía exactamente como sorprenderme, que era lo que me gustaba y que me molestaba.
-Perdóname, prometo no volverlo a hacer, ahora estamos juntos y lo estaremos por siempre. –tomé su mano entre las mías, sonriéndole con ternura. Mi mirada era absolutamente sincera, como lo miraba cuando éramos pequeños. Sí, lo había abandonado, pero había sido por las guardias, las misiones, distintas ocupaciones que solíamos tener al pertenecer a la guardia.
Heidi Volturi- Volturi
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Re: 22 de Noviembre (Heidi)
Su sonrisa ilumino aún mas su rostro si es que eso era posible, egocentrismo puro se dejaba entrever en el tono de sus palabras, le devolví la sonrisa mientras hacía algo que nadie más en el mundo fuera mortal o inmortal se atrevería hacerle a ella; le revolví el cabello de manera juguetona para después pegar mi frente a la de ella Tienes toda la razón mi preciosa hermana, sobre todo no existe nadie que pise este mundo ni que vaya a pisarlo que sea merecedor de una sola de tus miradas, eres la joya perfecta y eso lo sabes bien. Mi hermosa gema que nadie es merecedor de poseer. ahora si había hablado sin un solo asomo de broma en la voz, mis palabras exteriorizaban totalmente mis pensamientos acerca de ella.
Solo tenía que ver las sutiles expresiones de su rostro para saber que se encontraba pletórica de felicidad aunque su pétreo rostro no lo reflejara totalmente esa felicidad yo podía enorgullecerme de conocerla a la perfección y por eso mismo sabía que ella estaba más feliz de lo que la había visto en décadas sino era que en centurias, eso estaba bien ya que significaba que había hecho las cosas bien al esperar hasta esa fecha para volverla a llevar a este lugar que significaba tanto para ambos.
Escuché sus palabras con atención mientras la escuchaba embelesado, ni siquiera yo era capaz de escapar del magnetismo que ella emanaba, más de una vez eso había acarreado malentendidos pero eso poco me importaba, dijeran lo que dijeran y murmuraran lo que murmuraran por todo el mundo por nada de esta existencia cambiaría mi forma de ser para con ella Yo no pienso exactamente como tú querida hermana, amo estar con los Volturi, gracias a ello conocí a Chelsea y le di sentido a mi nueva existencia pero de no ser por nuestro reencuentro ni siquiera eso me haría totalmente feliz con ella podía permitirme ser sincero en totalidad por que era en muchos aspectos mi reflejo, mi otro yo, quien me comprendía siempre hasta con un solo gesto.
Tienes razón, nada de lo que yo haga te podría desagradar por que te conozco mejor que nadie en este mundo y mis acciones están hechas con el propósito de complacerte, eres mi gran debilidad lo sabes bien le comente alzándome de hombros mientras le sonreía abiertamente.
Tomé sus manos entre las mías y deposite un suave beso en ellas, coloqué un mechón rebelde detrás de su oreja No hay afrenta en este mundo que puedas cometer hacia mi persona que yo no te perdonaría la tome de nuevo entre mis brazos y di un salto hacia una rama lo bastante amplia como para que nos sentáramos cómodamente en ella, la acomode apoyada contra el tronco y le dirigí una mirada cómplice Tengo un presente para ti canturree como cuando eramos niños
Solo tenía que ver las sutiles expresiones de su rostro para saber que se encontraba pletórica de felicidad aunque su pétreo rostro no lo reflejara totalmente esa felicidad yo podía enorgullecerme de conocerla a la perfección y por eso mismo sabía que ella estaba más feliz de lo que la había visto en décadas sino era que en centurias, eso estaba bien ya que significaba que había hecho las cosas bien al esperar hasta esa fecha para volverla a llevar a este lugar que significaba tanto para ambos.
Escuché sus palabras con atención mientras la escuchaba embelesado, ni siquiera yo era capaz de escapar del magnetismo que ella emanaba, más de una vez eso había acarreado malentendidos pero eso poco me importaba, dijeran lo que dijeran y murmuraran lo que murmuraran por todo el mundo por nada de esta existencia cambiaría mi forma de ser para con ella Yo no pienso exactamente como tú querida hermana, amo estar con los Volturi, gracias a ello conocí a Chelsea y le di sentido a mi nueva existencia pero de no ser por nuestro reencuentro ni siquiera eso me haría totalmente feliz con ella podía permitirme ser sincero en totalidad por que era en muchos aspectos mi reflejo, mi otro yo, quien me comprendía siempre hasta con un solo gesto.
Tienes razón, nada de lo que yo haga te podría desagradar por que te conozco mejor que nadie en este mundo y mis acciones están hechas con el propósito de complacerte, eres mi gran debilidad lo sabes bien le comente alzándome de hombros mientras le sonreía abiertamente.
Tomé sus manos entre las mías y deposite un suave beso en ellas, coloqué un mechón rebelde detrás de su oreja No hay afrenta en este mundo que puedas cometer hacia mi persona que yo no te perdonaría la tome de nuevo entre mis brazos y di un salto hacia una rama lo bastante amplia como para que nos sentáramos cómodamente en ella, la acomode apoyada contra el tronco y le dirigí una mirada cómplice Tengo un presente para ti canturree como cuando eramos niños
Afton Volturi- Volturi
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Re: 22 de Noviembre (Heidi)
¿Y qué más daba lo que dijeran sobre nosotros? En cientos de ocasiones había escuchado comentarios sobre nosotros lo cual lejos de molestarme me causaban gracia y hasta cierto punto, me divertían. Yo nunca cambiaría mi forma de ser con Afton por nada del mundo, el era otra parte de mi, era como si fuéramos un alma en cuerpos diferentes, aunque bueno, no teníamos precisamente alma ahora. Podría dar todo, incluso sería la única persona fuera de los Volturi por la cual podría dar mi existencia sin dudarlo, y eso ya era decir. Me conocía, lo conocía, daba todo por una sola de sus sonrisas así como él lo hacía conmigo. Eso era justamente lo que nos había acarreado las habladurías.
El era hermoso, la clase de hombre con la que cualquier mujer soñaría, mortal o inmortal, pero el nunca soñaría con cualquiera. Ninguna era ni sería suficiente para él, dijesen lo que dijesen. Era tal la complicidad, el nivel de confianza entre nosotros que nos permitíamos hacer cosas con las que nadie se atrevería si quiera a imaginar. Al primero que intentara tocarme sin mi consentimiento sabía que terminaría muerto por mis propias manos, o por la guardia en pleno. Sabía que contaba con todos mis hermanos, y a pesar de nuestras discusiones normales, algunas en broma y otras en serio, jamás dejaríamos que alguien externo nos hiciera daño. Así que el gozaba con el privilegio de poder tocarme, jugar con mi cabello, cosa que nadie podría hacer sin pagar las consecuencias.
-Solo conozco a alguien que sea merecedor de ellas, y de mi sonrisa, más bien alguien capaz de sacar mi sonrisa sincera.-le dije sonriendo, perdiéndome en esa mirada tan magnética, que atrapaba sin proponérselo si quiera. La cual había causado la desgracia de miles de ingenuas e ilusas humanas que osaban poner su mirada en él.
-Hermano, los Volturi son la segunda razón por la cual vale la pena esta existencia, gracias a ellos pude volver a verte, volví a "vivir" si es que así se le puede llamar a esto. No podía soportar tu ausencia...-afirmé con la mirada aún fija en sus ojos. Eso era totalmente cierto, no habría podido soportar una nueva vida sin él, es decir, lo habría hecho, pero mi comportamiento sería mucho más ácido de lo que ya de por sí era.
-No existe nadie, que pueda conocerme mejor que tú, siempre ha sido así, desde que éramos pequeños, nadie podría controlar tan bien mi "ego", o será que eres tal vez el único que puede competir con él.-arqueé una ceja sonriendo ligeramente pues aquellas muestras de egocentrismo eran la moneda corriente entre el y yo, pero solo entre nosotros podía ser verdaderamente una broma sin competir como lo hacía con el resto de la guardia.
Pronto subimos a una rama en lo alto de un árbol y me recargué sobre el tronco de este buscando quedar de frente a el viéndolo a los ojos sin dejar de sonreír. Sintiendo como si fuese un déja vú de las tantas ocasiones en las que subíamos a los árboles siendo pequeños en los jardínes de nuestra mansión.-¿Un regalo?-canturrée como niña pequeña, como tantas ocasiones lo había hecho a su lado.-Tienes que decirme que es, por favor...-le pedí con un tono infantil, parpadeando y sonriendo como pocas veces tenían el privilegio de verme.
El era hermoso, la clase de hombre con la que cualquier mujer soñaría, mortal o inmortal, pero el nunca soñaría con cualquiera. Ninguna era ni sería suficiente para él, dijesen lo que dijesen. Era tal la complicidad, el nivel de confianza entre nosotros que nos permitíamos hacer cosas con las que nadie se atrevería si quiera a imaginar. Al primero que intentara tocarme sin mi consentimiento sabía que terminaría muerto por mis propias manos, o por la guardia en pleno. Sabía que contaba con todos mis hermanos, y a pesar de nuestras discusiones normales, algunas en broma y otras en serio, jamás dejaríamos que alguien externo nos hiciera daño. Así que el gozaba con el privilegio de poder tocarme, jugar con mi cabello, cosa que nadie podría hacer sin pagar las consecuencias.
-Solo conozco a alguien que sea merecedor de ellas, y de mi sonrisa, más bien alguien capaz de sacar mi sonrisa sincera.-le dije sonriendo, perdiéndome en esa mirada tan magnética, que atrapaba sin proponérselo si quiera. La cual había causado la desgracia de miles de ingenuas e ilusas humanas que osaban poner su mirada en él.
-Hermano, los Volturi son la segunda razón por la cual vale la pena esta existencia, gracias a ellos pude volver a verte, volví a "vivir" si es que así se le puede llamar a esto. No podía soportar tu ausencia...-afirmé con la mirada aún fija en sus ojos. Eso era totalmente cierto, no habría podido soportar una nueva vida sin él, es decir, lo habría hecho, pero mi comportamiento sería mucho más ácido de lo que ya de por sí era.
-No existe nadie, que pueda conocerme mejor que tú, siempre ha sido así, desde que éramos pequeños, nadie podría controlar tan bien mi "ego", o será que eres tal vez el único que puede competir con él.-arqueé una ceja sonriendo ligeramente pues aquellas muestras de egocentrismo eran la moneda corriente entre el y yo, pero solo entre nosotros podía ser verdaderamente una broma sin competir como lo hacía con el resto de la guardia.
Pronto subimos a una rama en lo alto de un árbol y me recargué sobre el tronco de este buscando quedar de frente a el viéndolo a los ojos sin dejar de sonreír. Sintiendo como si fuese un déja vú de las tantas ocasiones en las que subíamos a los árboles siendo pequeños en los jardínes de nuestra mansión.-¿Un regalo?-canturrée como niña pequeña, como tantas ocasiones lo había hecho a su lado.-Tienes que decirme que es, por favor...-le pedí con un tono infantil, parpadeando y sonriendo como pocas veces tenían el privilegio de verme.
Heidi Volturi- Volturi
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Re: 22 de Noviembre (Heidi)
Vi el pequeño, casi inexistente, mohín de contrariedad que había aparecido en su ceño, fruncido ligeramente apenas en un pliegue; algo en lo que nadie se habrían fijado, primero por ser mal observador y segundo por jamás poder estar tan cerca de ella. Una reacción reflejo, y aun así un reflejo muy atenuado por que de ser otro quien se hubiera atrevido a posar su mano en su perfecta cabellera a estas alturas tendría, cuando muy poco, la extremidad arrancada de cuajo; pero era yo y no cualquiera por lo que todavía me di el lujo de soltar una breve carcajada mientras le revolvía un poco más el cabello y le acomodaba un beso en la sien.
-Hueles a jazmínes -comenté mientras cerraba los ojos y me perdía en el olor que destilaba su cabello: Efímero, níveo, nocturno, embriagador, delicado, sensual... su sola esencia dejaba colgado un etéreo olor tan enigmático que embriaga el paladar de cualquiera para hacerlo perderse en el aroma de un rápido sueño con el manto nocturno de un puerto de mar o de una entrada al más innavegable mar de dunas... -Siempre hueles así... en mis recuerdos, hueles también a jazmín
Abrí los ojos de nuevo para separarme lo justo de ella para poder verla a los ojos mientras escuchaba sus palabras, le regala una sonrisa ladeada de esas que eran única y exclusivamente para ella por que siempre había sido así, recorrí suavemente su mejilla con el dorso de mi mano y después tracé la curva de su sonrisa con un dedo mientras mi propia sonrisa mutaba a una de satisfacción -Por supuesto y de manera más que obvia hablas de mí - ahi estaba, mi lado egocéntrico no había tardado en aparecer en cuanto ella dijo esas palabras, y es que eso era algo que nunca fallaba.
-Mi dulce Heidi... -mi tono de voz se había vuelto inusualmente seria, señal de que me encontraba hablando totalmente enserio, francamente, aunque de todas formas ella sabía que yo jamás podría mentirle, podría mentirle a cualquiera, incluso a veces a Chelesea, pero... ¿mentirle a Heidi? No, eso jamás, eso sería como mentirme a mi mismo - ... mi existencia antes de encontrarte de nuevo era como la de un planeta que se hubiera salido de la órbita del sol: errática, sin rumbo fijo, sin un objetivo. Pero luego te encontré de nuevo y sentí que el magnetismo de tu gravedad me atraía otra vez, como cuando de niño tu presencia y cariño me reconforto cuando debí separarme de mi madre tras la muerte de mi padre
Desde que en mi vida mortal me habían separado de ella supe que en mi corazón siempre habría un vacío si no nos volvíamos a reunir, luego las cosas se precipitaron totalmente, nunca la volví a ver mientras fui mortal y el vacío en mi alma fue creciendo a pasos agigantados hasta volverme alguien que no había sido antes, gran parte de mi personalidad se había formado tras nuestra separación, de tal magnitud era y había sido su influencia en mi.
Solté una carcajada al escuchar sus palabras sin poder evitarlo mientras me inclinaba para darle un dulce beso en la mejilla -Di... ambos somos la personificación misma del ego en persona... y de la perfección, claro -le dije guiñándole un ojo divertido -Ni Helena de Troya pudo haber sido más hermosa que tú -comente con un toque de galantería y una nota de seducción en la voz, ella sabía que era un juego, algo más que común entre nosotros, otra fuente de habladurías que poco me importaban.
Su reacción al mencionarle el regalo había sido justamente la que esperaba, me lleve una mano a la barbilla apoyando el codo de esta sobre mi brazo cruzado en mi pecho y simule que estaba pensado muy muy bien lo que haría -Mmmm.... no lo sé - vi el gesto de contrariedad y el pequeño puchero que tanto me encantaba aparecer en su rostro y me acerque para darle un golpecito cariñoso en su nariz amarrándole una sonrisa -Más que decírtelo te lo daré pero con una condición Di y debes cumplirla -meneé mi dedo delante de sus ojos como si pensara que ella no cumpliría algo que me dijera a mi, sencillamente impensable, pero mi actuación había sido impoluta -Quiero que hoy hagas de cuenta que somos solo Rodrigo y Elena Borgia, deja a todo lo demás fuera de este islote, acá seremos solo lo que debimos haber sido si lo sobrenatural no hubiera interferido, ¿prometido?
-Hueles a jazmínes -comenté mientras cerraba los ojos y me perdía en el olor que destilaba su cabello: Efímero, níveo, nocturno, embriagador, delicado, sensual... su sola esencia dejaba colgado un etéreo olor tan enigmático que embriaga el paladar de cualquiera para hacerlo perderse en el aroma de un rápido sueño con el manto nocturno de un puerto de mar o de una entrada al más innavegable mar de dunas... -Siempre hueles así... en mis recuerdos, hueles también a jazmín
Abrí los ojos de nuevo para separarme lo justo de ella para poder verla a los ojos mientras escuchaba sus palabras, le regala una sonrisa ladeada de esas que eran única y exclusivamente para ella por que siempre había sido así, recorrí suavemente su mejilla con el dorso de mi mano y después tracé la curva de su sonrisa con un dedo mientras mi propia sonrisa mutaba a una de satisfacción -Por supuesto y de manera más que obvia hablas de mí - ahi estaba, mi lado egocéntrico no había tardado en aparecer en cuanto ella dijo esas palabras, y es que eso era algo que nunca fallaba.
-Mi dulce Heidi... -mi tono de voz se había vuelto inusualmente seria, señal de que me encontraba hablando totalmente enserio, francamente, aunque de todas formas ella sabía que yo jamás podría mentirle, podría mentirle a cualquiera, incluso a veces a Chelesea, pero... ¿mentirle a Heidi? No, eso jamás, eso sería como mentirme a mi mismo - ... mi existencia antes de encontrarte de nuevo era como la de un planeta que se hubiera salido de la órbita del sol: errática, sin rumbo fijo, sin un objetivo. Pero luego te encontré de nuevo y sentí que el magnetismo de tu gravedad me atraía otra vez, como cuando de niño tu presencia y cariño me reconforto cuando debí separarme de mi madre tras la muerte de mi padre
Desde que en mi vida mortal me habían separado de ella supe que en mi corazón siempre habría un vacío si no nos volvíamos a reunir, luego las cosas se precipitaron totalmente, nunca la volví a ver mientras fui mortal y el vacío en mi alma fue creciendo a pasos agigantados hasta volverme alguien que no había sido antes, gran parte de mi personalidad se había formado tras nuestra separación, de tal magnitud era y había sido su influencia en mi.
Solté una carcajada al escuchar sus palabras sin poder evitarlo mientras me inclinaba para darle un dulce beso en la mejilla -Di... ambos somos la personificación misma del ego en persona... y de la perfección, claro -le dije guiñándole un ojo divertido -Ni Helena de Troya pudo haber sido más hermosa que tú -comente con un toque de galantería y una nota de seducción en la voz, ella sabía que era un juego, algo más que común entre nosotros, otra fuente de habladurías que poco me importaban.
Su reacción al mencionarle el regalo había sido justamente la que esperaba, me lleve una mano a la barbilla apoyando el codo de esta sobre mi brazo cruzado en mi pecho y simule que estaba pensado muy muy bien lo que haría -Mmmm.... no lo sé - vi el gesto de contrariedad y el pequeño puchero que tanto me encantaba aparecer en su rostro y me acerque para darle un golpecito cariñoso en su nariz amarrándole una sonrisa -Más que decírtelo te lo daré pero con una condición Di y debes cumplirla -meneé mi dedo delante de sus ojos como si pensara que ella no cumpliría algo que me dijera a mi, sencillamente impensable, pero mi actuación había sido impoluta -Quiero que hoy hagas de cuenta que somos solo Rodrigo y Elena Borgia, deja a todo lo demás fuera de este islote, acá seremos solo lo que debimos haber sido si lo sobrenatural no hubiera interferido, ¿prometido?
Afton Volturi- Volturi
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Re: 22 de Noviembre (Heidi)
Elena de Borgia.... Hacía tanto tiempo que no era ella, tanto tiempo en el cual había dejado de ser dulce, la señorita perfecta esperando por su príncipe. Que ahora me había convertido en algo totalmente distinto. Ahora no había rastro de dulzura en mí, solo cuando pretendía serlo con alguna presa, cuando intentaba seducir a un insulso humano al cual nada más le bastaban un par de palabras mías, un cruce de miradas o incluso alguna caricia para que cayera rendido a la más letal de las armas. Una con la quien nadie imaginaría, incluso, me llegaba a causar gracia como se entretegían leyendas o mitos acerca de mi: La mujer perfecta.
Mi entrecejo se frunció en un gesto sutil, tan suave que nadie habría podido notarlo, nadie, excepto el, que conocía también cada expresión que tenía, cada gesto. En muchas ocasiones podría jurar que me conocía mejor que yo misma. En muchas ocasiones eso me había ocasionado discusiones con él que luego terminaban en risas o planeando algo nuevo que hacer, una travesura o simplemente salir a pasear por ahí justo como nos encontrábamos en este momento.
Y de nuevo una muestra de nuestros egos hizo acto de presencia. Los dos hablando sobre lo maravillosos y perfectos que éramos, pero estaba claro que era lo que sentíamos el uno por el otro. Era simplemente algo común.
-¿Elena?-le pregunté con cierta sorpresa. Aquello no me molestaba en absoluto, pero tampoco podía negar que me sorprendía después de tanto.-Creo que he olvidado como ser ella...-le confesé encogiéndome de hombros y dando un profundo suspiro.-Aunque supongo que a tu lado no me costará trabajo.-dije con una sonrisa cálida, demostrándole lo conforme que estaba al estar en este momento con él.
Mi entrecejo se frunció en un gesto sutil, tan suave que nadie habría podido notarlo, nadie, excepto el, que conocía también cada expresión que tenía, cada gesto. En muchas ocasiones podría jurar que me conocía mejor que yo misma. En muchas ocasiones eso me había ocasionado discusiones con él que luego terminaban en risas o planeando algo nuevo que hacer, una travesura o simplemente salir a pasear por ahí justo como nos encontrábamos en este momento.
Y de nuevo una muestra de nuestros egos hizo acto de presencia. Los dos hablando sobre lo maravillosos y perfectos que éramos, pero estaba claro que era lo que sentíamos el uno por el otro. Era simplemente algo común.
-¿Elena?-le pregunté con cierta sorpresa. Aquello no me molestaba en absoluto, pero tampoco podía negar que me sorprendía después de tanto.-Creo que he olvidado como ser ella...-le confesé encogiéndome de hombros y dando un profundo suspiro.-Aunque supongo que a tu lado no me costará trabajo.-dije con una sonrisa cálida, demostrándole lo conforme que estaba al estar en este momento con él.
Heidi Volturi- Volturi
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Re: 22 de Noviembre (Heidi)
Noté el leve fruncimiento de su entrecejo y lleve una de mis manos a acariciar suavemente esa arruga que se había formado en su frente, entre sus dos ojos, podía jurar que leía sus pensamientos. No... no podía jurarlo, lo juraba, nadie la conocía como yo después de todo, nadie leía en ella como yo y definitivamente nadie más entendería de la lucha interna que estaba teniendo, ¿el motivo? era simple: Elena Borgia había sido la más perfecta mortal que existiera en su época, decían que el nombre le sentaba bien por que podía compararse a la mítica Helena de Troya; otros incluso decía que la misma Helena de Troya hubiera palidecido contra la belleza de Elena Borgiam y yo estaba de acuerdo, desde siempre supe que se convertiría en la mujer más hermosa en haber pisado alguna vez el planeta.
Sucedía que como Elena lo había tenido todo y mucho más, siendo la más perfecta y envidiable joya de los Borgia el mundo, el poder, todo había estado a su merced; ella no tenía más que abrir la boca para tener lo que deseaba, era un mundo que compartíamos donde nuestra palabra era la ley y no había más. nuestra familia dominaba Italia en esa época y nosotros habíamos nacido para mandar y ser obedecidos no para ser mandados y obedecer... algo que ahora, por supuesto había cambiado, ninguno de los dos se quejaba así como tampoco ninguno de los dos pondría en duda la autoridad de los maestros pero para Elena acostumbrada a ser siempre el foco de atención, aquello que todos querían conseguir pero que nadie había logrado tocar nunca había sido un cambio bastante brusco, no tanto para mí que si estaba acostumbrado a recibir una que otra orden por parte de su padre.
-En ese caso yo te recordaré como ser Elena, la única persona en el mundo a cuyo lado siempre me siento bien, la única capaz de reconfortarme sea lo que sea y la única que conoce todos y cada uno de los recovecos de mi mente, de mi "alma", de mi sentir -le dije después de escucharla suspirar, elevé mi mano hacia su cabeza para acariciar levemente su cabello y le devolví la misma sonrisa cálida que se encontraba en sus labios para después sentenciarle -Entonces tenemos un trato, y a la venida del crepúsculo te daré tu regalo, todo el día de hoy serás mi Elena, prometo que el regalo valdrá la pena ya que el también ha esperado mucho tiempo para estar en tus manos
Sucedía que como Elena lo había tenido todo y mucho más, siendo la más perfecta y envidiable joya de los Borgia el mundo, el poder, todo había estado a su merced; ella no tenía más que abrir la boca para tener lo que deseaba, era un mundo que compartíamos donde nuestra palabra era la ley y no había más. nuestra familia dominaba Italia en esa época y nosotros habíamos nacido para mandar y ser obedecidos no para ser mandados y obedecer... algo que ahora, por supuesto había cambiado, ninguno de los dos se quejaba así como tampoco ninguno de los dos pondría en duda la autoridad de los maestros pero para Elena acostumbrada a ser siempre el foco de atención, aquello que todos querían conseguir pero que nadie había logrado tocar nunca había sido un cambio bastante brusco, no tanto para mí que si estaba acostumbrado a recibir una que otra orden por parte de su padre.
-En ese caso yo te recordaré como ser Elena, la única persona en el mundo a cuyo lado siempre me siento bien, la única capaz de reconfortarme sea lo que sea y la única que conoce todos y cada uno de los recovecos de mi mente, de mi "alma", de mi sentir -le dije después de escucharla suspirar, elevé mi mano hacia su cabeza para acariciar levemente su cabello y le devolví la misma sonrisa cálida que se encontraba en sus labios para después sentenciarle -Entonces tenemos un trato, y a la venida del crepúsculo te daré tu regalo, todo el día de hoy serás mi Elena, prometo que el regalo valdrá la pena ya que el también ha esperado mucho tiempo para estar en tus manos
Afton Volturi- Volturi
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Re: 22 de Noviembre (Heidi)
Sus ojos...No sabía que tenían esos ojos que eran capaces de hacerme perder en ellos y hacerme sentir que no había nada ni nadie más importante a mi alrededor. Toda la vida había sido así, siempre el y yo sin importarme o preocuparme por lo que había a mi alrededor. Había crecido con esa idea donde solo estábamos los dos hasta aquel día dónde todo cambió.
Aún podía sentir el dolor y la desesperación al saber que se había ido, al creerlo muerto. Nunca en mi vida había sentido tal dolor, era casi comparable con el dolor de la transformación y eso era puramente físico,nada comparable a la desesperación que había sentido. Aquel día había estado vagando sin rumbo llorando, sintiendo la más terrible desesperación, frustración y dolo;había sido como si me hubiesen quitado una parte de mi, como si una parte hubiera muerto. Afortunadamente aquello había cambiado al encontrarme de nuevo con él. De nuevo, apesar de no estar "viva" volvía a tener sentido todo aunque ahora fuera totalmente distinta a como era en aquel entonces. Ahora que sabía lo que era, lo que valía y lo que tenía.
Mi gesto se relajó al sentir sus caricias, Rodrigo tenía la capacidad de hacerme sentir bien bajo cualquier circunstancia fuese lo que fuese. Solo bastaba una sonrisa, un gesto o una palabra para que lo que tuviera se calmara o desapareciera.
-Lo sé, Rodrigo, tú eres con el único que puedo ser yo, siempre ha sido así. El único que me conoce tal cual.
Le dije sonriendo como solo con el lo hacía. Quizás ahora si podría ser yo misma. Justo como era en aquella época. Una sonrisa se formó nuevamente en mi rostro mientras imaginaba que podría ser el regalo que Rodrigo tenía para mi. De cualquier forma el simple hecho de verlo ya era un regalo y me alegraba demasiado.
-No puedo esperar a ver...-la sonrisa no se borraba de mi rostro. Era tan fácil estar así con él. De hecho a su lado, todo era fácil.
Aún podía sentir el dolor y la desesperación al saber que se había ido, al creerlo muerto. Nunca en mi vida había sentido tal dolor, era casi comparable con el dolor de la transformación y eso era puramente físico,nada comparable a la desesperación que había sentido. Aquel día había estado vagando sin rumbo llorando, sintiendo la más terrible desesperación, frustración y dolo;había sido como si me hubiesen quitado una parte de mi, como si una parte hubiera muerto. Afortunadamente aquello había cambiado al encontrarme de nuevo con él. De nuevo, apesar de no estar "viva" volvía a tener sentido todo aunque ahora fuera totalmente distinta a como era en aquel entonces. Ahora que sabía lo que era, lo que valía y lo que tenía.
Mi gesto se relajó al sentir sus caricias, Rodrigo tenía la capacidad de hacerme sentir bien bajo cualquier circunstancia fuese lo que fuese. Solo bastaba una sonrisa, un gesto o una palabra para que lo que tuviera se calmara o desapareciera.
-Lo sé, Rodrigo, tú eres con el único que puedo ser yo, siempre ha sido así. El único que me conoce tal cual.
Le dije sonriendo como solo con el lo hacía. Quizás ahora si podría ser yo misma. Justo como era en aquella época. Una sonrisa se formó nuevamente en mi rostro mientras imaginaba que podría ser el regalo que Rodrigo tenía para mi. De cualquier forma el simple hecho de verlo ya era un regalo y me alegraba demasiado.
-No puedo esperar a ver...-la sonrisa no se borraba de mi rostro. Era tan fácil estar así con él. De hecho a su lado, todo era fácil.
Heidi Volturi- Volturi
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Re: 22 de Noviembre (Heidi)
Y entonces cuando lo hizo, cuando me llamo por mi nombre mortal sentí que gran parte del peso de los años que habían pasad desaparecían de golpe; como si una pluma hubiera barrido de una vez por todas con ellos. Tenía tantos años que no escuchaba ese nombre, Rodrigo, ser mencionado en voz alta que escucharlo de nuevo me hizo sonreír con un gesto totalmente relajado, sobre todo por que salía de los labios de ella, como cuando era niño, como cuando mi preocupación más grande era que me pondría ese día para ir a cabalgar por la pradera con Elena.
Se que no tengo que decírtelo Elena por que lo sabes pero quiero reafirmartelo. Eres totalmente correspondida y lo sabes, te quiero como a nadie, como antes, de la misma forma que ahora y de la misma forma que será siempre tome su rostro de manera delicada con mis manos como si tuviera miedo de que este se rompiera de apretar demasiado y la contemple por varios minutos mientras le sonreía como solo lo hacía para ella; con esa mezcla de amor, afecto, ternura, picardia y complicidad... estábamos muy compenetrados, le acomodé un suave beso en la frente.
Eres una desesperada Elena, no cambias ¿verdad? Pero mejor, no quiero que lo hagas nunca mi niña adorada, no conmigo, no lo soportaría lo sabes una vez más le revolví el cabello pero la abracé sorpresivamente apoyando mi mentón en el hueco de su hombro ¿Que se le antoja hacer ahora a mi princesa? pregunte con un leve tono de galantería
Se que no tengo que decírtelo Elena por que lo sabes pero quiero reafirmartelo. Eres totalmente correspondida y lo sabes, te quiero como a nadie, como antes, de la misma forma que ahora y de la misma forma que será siempre tome su rostro de manera delicada con mis manos como si tuviera miedo de que este se rompiera de apretar demasiado y la contemple por varios minutos mientras le sonreía como solo lo hacía para ella; con esa mezcla de amor, afecto, ternura, picardia y complicidad... estábamos muy compenetrados, le acomodé un suave beso en la frente.
Eres una desesperada Elena, no cambias ¿verdad? Pero mejor, no quiero que lo hagas nunca mi niña adorada, no conmigo, no lo soportaría lo sabes una vez más le revolví el cabello pero la abracé sorpresivamente apoyando mi mentón en el hueco de su hombro ¿Que se le antoja hacer ahora a mi princesa? pregunte con un leve tono de galantería
Afton Volturi- Volturi
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Re: 22 de Noviembre (Heidi)
Y es que de nuevo todo se borraba al estar con él, como si se tratase de una medicina que me hacía olvidar todo lo malo que había pasado, todo lo que ahora éramos y la gran diferencia que nos separaba,pero al mismo tiempo nos mantenía juntos. Estar con Rodrigo me hacía sentir completa, amada, protegida, muy diferente a lo que podría sentir en brazos de alguien más, muy diferente a lo que sentía con Demetri, o a lo que había sentido con Félix en su tiempo.
Al sentir su beso en mi frente un suspiro escapo de mi al mismo tiempo, recordando aquellos tiempos en los que nos habíamos prometido estar por siempre juntos pasara lo que pasara. Viajé tiempo atrás recordando cuando nos encontrábamos en esas mismas circustancias siendo aún niños (a comparación de lo que éramos ahora) y nos sentábamos en los árboles cuando el me entregaba alguna nueva flor que había recortado de alguna de las plantas de los jardínes, mientras yo tan solo lo contemplaba como lo mejor y más lindo que me había pasado.
El viento movía nuestros cabellos y podía jurar que eso le daba un aire más místico y hermoso, como si fuese un sueño.-Lo sé, Rodrigo, así será por siempre...-le dije sonriéndole con ternura, con esa ternura que solo era capaz de sentir por él.
-Y tú disfrutas hacerme sufrir manteniendo el misterio... Como si no supieras que soy demasiado curiosa...-puse los ojos en blanco para después reir ligeramente mientras balanceaba mis pies en el aire.-¿Quiero que me cuentes qué fue lo que paso cuando nos separaron?¿Cómo pudiste estar sin mi?-le pregunté ladeando ligeramente mi cuello para verlo a los ojos con expresión atenta esperando que me dijera como había sido para el ese momento. Yo lo consideraba como mi infierno personal, como uno de los peores momentos que había vivido.
Al sentir su beso en mi frente un suspiro escapo de mi al mismo tiempo, recordando aquellos tiempos en los que nos habíamos prometido estar por siempre juntos pasara lo que pasara. Viajé tiempo atrás recordando cuando nos encontrábamos en esas mismas circustancias siendo aún niños (a comparación de lo que éramos ahora) y nos sentábamos en los árboles cuando el me entregaba alguna nueva flor que había recortado de alguna de las plantas de los jardínes, mientras yo tan solo lo contemplaba como lo mejor y más lindo que me había pasado.
El viento movía nuestros cabellos y podía jurar que eso le daba un aire más místico y hermoso, como si fuese un sueño.-Lo sé, Rodrigo, así será por siempre...-le dije sonriéndole con ternura, con esa ternura que solo era capaz de sentir por él.
-Y tú disfrutas hacerme sufrir manteniendo el misterio... Como si no supieras que soy demasiado curiosa...-puse los ojos en blanco para después reir ligeramente mientras balanceaba mis pies en el aire.-¿Quiero que me cuentes qué fue lo que paso cuando nos separaron?¿Cómo pudiste estar sin mi?-le pregunté ladeando ligeramente mi cuello para verlo a los ojos con expresión atenta esperando que me dijera como había sido para el ese momento. Yo lo consideraba como mi infierno personal, como uno de los peores momentos que había vivido.
Heidi Volturi- Volturi
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Re: 22 de Noviembre (Heidi)
Su suspiro y su sonrisa eran la mejor de las respuestas que ella podía darme, el viento que soplaba en ese momento movía sus cabellos llenando toda el aire de su fresco y puro aroma Lo será por que no puede ser de otra forma Elena, es una predestinación le dije sin dejar de mirarlas a los ojos, y es que realmente era eso lo que pensaba. ¿Después de todo que probabilidades había de reencontrarte en la vida inmortal con la única persona que había sido todo tu mundo mientras eras mortal y de quien habías sido separado años antes de "morir"?
Solté una risa breve mientras me acomodaba entre sus brazos apoyando mi espalda sobre su torso, tomé una de sus manos entre las mías y comencé a jugar con sus dedos Me declaro culpable signorina, disfruto de ver tu hermoso rostro con una perfecta mueca de sufrimiento ejecutada solo para convencerme de que ceda antes de tiempo pero me conozco tus mañas y manías mi hermosa Elena entonces escuche su petición y la sonrisa se congelo en mi rostro para irse borrando poco a poco. Suspire pesadamente mientras ladeaba la cabeza y la tiraba ligeramente para atrás viéndola a los ojos sin soltar su mano.
No lo sé Elena le respondí con un tono de voz bajo mientras recordaba esa etapa de mi vida Con cada una de las zancadas que daban los caballos tirando el carruaje cuando se alejaba de tu casa sentía que un trozo de mi corazón se despedazaba inexorablemente, sabía que no iba a poder estar sin ti, sabía que nada sería igual, que la vida dejaría de tener sentido y que ya no esperaría ansioso el amanecer ni la llegada del crepúsculo por que ya no ibas a estar a mi lado para compartirlos. hice una pausa mientras dejaba que mi mirada se perdiera en la de ella, realmente no sabía como había sido capaz de soportarlo cuando habíamos estado unidos en un sentido mucho más allá de lo imaginable Morí... deje que esa palabra se colara en su mente antes de seguir hablando Eso fue lo que paso Elena, el Rodrigo que tu conocías murió en vida para poder soportar tu ausencia, no era ni la sombra de lo que fui a tú lado y no volví a serlo hasta que te reencontré de nuevo, esa es la verdad, pase por la vida siendo un muerto en vida por no tenerte. Esa fue la ironía de mi vida Calle con el asomo de una sonrisa irónica en mi rostro
Solté una risa breve mientras me acomodaba entre sus brazos apoyando mi espalda sobre su torso, tomé una de sus manos entre las mías y comencé a jugar con sus dedos Me declaro culpable signorina, disfruto de ver tu hermoso rostro con una perfecta mueca de sufrimiento ejecutada solo para convencerme de que ceda antes de tiempo pero me conozco tus mañas y manías mi hermosa Elena entonces escuche su petición y la sonrisa se congelo en mi rostro para irse borrando poco a poco. Suspire pesadamente mientras ladeaba la cabeza y la tiraba ligeramente para atrás viéndola a los ojos sin soltar su mano.
No lo sé Elena le respondí con un tono de voz bajo mientras recordaba esa etapa de mi vida Con cada una de las zancadas que daban los caballos tirando el carruaje cuando se alejaba de tu casa sentía que un trozo de mi corazón se despedazaba inexorablemente, sabía que no iba a poder estar sin ti, sabía que nada sería igual, que la vida dejaría de tener sentido y que ya no esperaría ansioso el amanecer ni la llegada del crepúsculo por que ya no ibas a estar a mi lado para compartirlos. hice una pausa mientras dejaba que mi mirada se perdiera en la de ella, realmente no sabía como había sido capaz de soportarlo cuando habíamos estado unidos en un sentido mucho más allá de lo imaginable Morí... deje que esa palabra se colara en su mente antes de seguir hablando Eso fue lo que paso Elena, el Rodrigo que tu conocías murió en vida para poder soportar tu ausencia, no era ni la sombra de lo que fui a tú lado y no volví a serlo hasta que te reencontré de nuevo, esa es la verdad, pase por la vida siendo un muerto en vida por no tenerte. Esa fue la ironía de mi vida Calle con el asomo de una sonrisa irónica en mi rostro
Afton Volturi- Volturi
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Re: 22 de Noviembre (Heidi)
Sabía que el era así, siempre lo había sido... Ambos disfrutábamos de aquella clase de bromas entre nosotros. A él le gustaba verme enojada para después arrancarme una sonrisa y yo tenía que declararme culpable de aquello también. Pues yo también disfrutaba verlo sonreír, era el mejor regalo que podía tener siempre para decirme que todo estaba bien.
-A veces eres tan cruel, Rodrigo...-dije jugando con sus dedos entre los mios mientras recargaba mi cabeza sobre el tronco del árbol y perdía mi mirada a lo lejos suspirando.
Momentos después empezó con su narración sobre como la había pasado todo ese tiempo en el cual nos habían separado y definitivamente había sido nuestro infierno en vida. De haber latido mi corazón probablemente se habria contraído pues eso era lo único que nunca soportaría, ni en aquel entonces ni ahora. La idea de ver sufrir a Rodrigo era como si me lo estuvieran haciendo a mi misma. Como si mi propia "alma" fuera la que se desgarrara. Contuve la innecesaria respiración en cuanto dirigió su mirada hacía mi.
-Eso se parece mucho a lo que yo sentí... No quedaba nada de Elena, era como estar muerta en vida... -sonreí o más bien era un intento de sonrisa que más bien era una mueca irónica. No había nada que se pudiera comparar. Nunca podría haber algo con lo cual compararlo; sin embargo, ahora estábamos juntos. Aunque las circustancias fuesen por completo diferente.
-Por favor olvidemos eso Rodrigo, ahora estamos juntos y es todo lo que importa...-dije dejando un beso en su mejilla sonriendo esta vez sinceramente.
-A veces eres tan cruel, Rodrigo...-dije jugando con sus dedos entre los mios mientras recargaba mi cabeza sobre el tronco del árbol y perdía mi mirada a lo lejos suspirando.
Momentos después empezó con su narración sobre como la había pasado todo ese tiempo en el cual nos habían separado y definitivamente había sido nuestro infierno en vida. De haber latido mi corazón probablemente se habria contraído pues eso era lo único que nunca soportaría, ni en aquel entonces ni ahora. La idea de ver sufrir a Rodrigo era como si me lo estuvieran haciendo a mi misma. Como si mi propia "alma" fuera la que se desgarrara. Contuve la innecesaria respiración en cuanto dirigió su mirada hacía mi.
-Eso se parece mucho a lo que yo sentí... No quedaba nada de Elena, era como estar muerta en vida... -sonreí o más bien era un intento de sonrisa que más bien era una mueca irónica. No había nada que se pudiera comparar. Nunca podría haber algo con lo cual compararlo; sin embargo, ahora estábamos juntos. Aunque las circustancias fuesen por completo diferente.
-Por favor olvidemos eso Rodrigo, ahora estamos juntos y es todo lo que importa...-dije dejando un beso en su mejilla sonriendo esta vez sinceramente.
Heidi Volturi- Volturi
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Re: 22 de Noviembre (Heidi)
Una sonrisa retorcida mezcla de un gesto maligno con uno pícaro adorno mis labios cuando la escuche decir aquello, observe como recargaba su cabeza sobre el árbol y me apoye en una mano para darme impulso y poder elevarme un poco. Recorrí el largo de su cara lentamente con mi rostro muy cerca del suyo, apenas separado por milímetros de distancia, desde su mandíbula subí en linea recta pasando por sus labios, su nariz, la parte de en medio de sus ojos hasta llegar a su frente donde deposite un sonoro beso y me eche a reír divertido
Sostengo lo dicho antes; me declaro totalmente culpable Elena, querida, pero es que vale la pena por ver cada uno de tus gestos. Nunca te ves más hermosa a mis ojos que cuando te encuentras ansiosa. le dije con un tono de complicidad susurrándole al oído, como si hubiera mas gente al rededor y no quisiera que nadie mas que ella se enterara de mis pensamientos.
La conocía más que a nadie, leía en ella como en nada por eso cuando note como contenía la respiración, algo totalmente innecesario de por si, supe que la narración había calado hondo en ella, la confirmación no tardo en llegar con sus palabras. Acaricié sus mejillas levemente, con delicadeza, cuando escuche lo que tenía que decir y cuando vi su intento de sonrisa las yemas de mis dedos recorrieron el contorno de sus labios, odiaba ver y sentirla así, para mí ella solo debía sonreír.
Olvidemoslo por ahora Elena, te traje acá a pasar un buen rato, a disfrutar y es lo que planeo que hagas mi hermosa signorina pero en realidad era algo que nunca olvidaría por que me recordaba lo infernal que sería mi existencia sin ella a mi lado, era lo que me impulsaba a defenderla siempre de todo y de todos. Extendí mi mano hacia ella y le dediqué una de esas sonrisas que eran "marca Elena" por que no las compartía con nadie mas Bien... ¿que se te antoja ahora? Pide lo que quieras, el cielo es el limite amore
Sostengo lo dicho antes; me declaro totalmente culpable Elena, querida, pero es que vale la pena por ver cada uno de tus gestos. Nunca te ves más hermosa a mis ojos que cuando te encuentras ansiosa. le dije con un tono de complicidad susurrándole al oído, como si hubiera mas gente al rededor y no quisiera que nadie mas que ella se enterara de mis pensamientos.
La conocía más que a nadie, leía en ella como en nada por eso cuando note como contenía la respiración, algo totalmente innecesario de por si, supe que la narración había calado hondo en ella, la confirmación no tardo en llegar con sus palabras. Acaricié sus mejillas levemente, con delicadeza, cuando escuche lo que tenía que decir y cuando vi su intento de sonrisa las yemas de mis dedos recorrieron el contorno de sus labios, odiaba ver y sentirla así, para mí ella solo debía sonreír.
Olvidemoslo por ahora Elena, te traje acá a pasar un buen rato, a disfrutar y es lo que planeo que hagas mi hermosa signorina pero en realidad era algo que nunca olvidaría por que me recordaba lo infernal que sería mi existencia sin ella a mi lado, era lo que me impulsaba a defenderla siempre de todo y de todos. Extendí mi mano hacia ella y le dediqué una de esas sonrisas que eran "marca Elena" por que no las compartía con nadie mas Bien... ¿que se te antoja ahora? Pide lo que quieras, el cielo es el limite amore
Afton Volturi- Volturi
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Re: 22 de Noviembre (Heidi)
¿Cómo podría enojarme con Afton? Era prácticamente imposible hacerlo, bastaba una sonrisa suya y quedaba prácticamente desarmada, esa podía ser probablemente su arma más letal. Aún podía recordar como cuando éramos jóvenes no había joven que no cayera rendida a sus pies gracias a esa sonrisa, e incluso, siendo niños bastaba con una sola para que hasta las amas de llaves cedieran a sus encantos y nos cubrieran en alguna travesura que había hecho el pequeño y lindo Rodrigo. Recordaba que generalmente los regaños iban para mi. Viéndolo en retrospectiva pareciera como si estuviesen celosas del amor que el y yo nos profesábamos.
Mi padre no podía estar más feliz, era como si supiera que eso estaba destinado a hacer. Siempre buscaba la manera que el y yo estuviesemos juntos, claro antes de que... aquel día llegara. Quizás sería tiempo que lo superara, nunca después de haberlo encontrado había vuelto a hablar de eso con el. Era una de las tantas cosas que por mí salud mental o lo escasa que quedaba de ella no tocaba el tema, era como revivirlo una y otra vez.
-Eres tan cruel, Rodrigo...-le dije entrecerrando los ojos con una mirada acusadora. Sentir sus tacto de nuevo me hizo liberar la respiración lentamente, justo como lo hacía cuando estaba nerviosa, si dentro de mi pecho aún existiera un corazón latiendo, seguro sus pulsaciones me habrían delatado y es que a pesar de todo, el seguía teniendo aquel efecto sobre mi.
-Eso quiero, olvidar eso por completo, superarlo, ahora te tengo aquí conmigo... Como siempre debió ser...-delinée sus facciones con mis dedos, acariciando su rostro, viéndolo con la admiración que siempre había despertado en mi y en todos.-Quiero que me sorprendas Rodrigo, como cuando éramos jóvenes.-no era que no lo fuéramos, pero el sabía que quería decir con aquella frase.
Mi padre no podía estar más feliz, era como si supiera que eso estaba destinado a hacer. Siempre buscaba la manera que el y yo estuviesemos juntos, claro antes de que... aquel día llegara. Quizás sería tiempo que lo superara, nunca después de haberlo encontrado había vuelto a hablar de eso con el. Era una de las tantas cosas que por mí salud mental o lo escasa que quedaba de ella no tocaba el tema, era como revivirlo una y otra vez.
-Eres tan cruel, Rodrigo...-le dije entrecerrando los ojos con una mirada acusadora. Sentir sus tacto de nuevo me hizo liberar la respiración lentamente, justo como lo hacía cuando estaba nerviosa, si dentro de mi pecho aún existiera un corazón latiendo, seguro sus pulsaciones me habrían delatado y es que a pesar de todo, el seguía teniendo aquel efecto sobre mi.
-Eso quiero, olvidar eso por completo, superarlo, ahora te tengo aquí conmigo... Como siempre debió ser...-delinée sus facciones con mis dedos, acariciando su rostro, viéndolo con la admiración que siempre había despertado en mi y en todos.-Quiero que me sorprendas Rodrigo, como cuando éramos jóvenes.-no era que no lo fuéramos, pero el sabía que quería decir con aquella frase.
Heidi Volturi- Volturi
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Re: 22 de Noviembre (Heidi)
Una sonrisa de total satisfacción fue toda la respuesta que di ante su comentario. Si, ciertamente podía ser cruel pero viniendo de los labios de ella eso era una paradoja totalmente irónica por que con ella nunca era cruel, no de la manera en que se usaba en realidad esa palabra. Con Elena solo jugaba, jamás en la vida había sido realmente cruel con ella sino todo lo contrario pasaba más bien de ser un demonio a un ángel, ese era uno de los tantos poderes que la encantadora mujer a la que tenía enfrente mío tenia sobre mi persona por no decir mis acciones.
Escuché sus palabras sobre nuestra separación, la cual había parecido interminable en su momento, y decidí no comentar nada más sobre el tema; después de todo no era cuestión de que nos pusiéramos nostálgicos ese día, en ese lugar y mucho menos en ese momento, por el contrario la intención del viaje era totalmente otra y no iba a echarla a perder. Sería uno de los mejores días de nuestra existencia y yo me encargaría de ello. Sonreí automáticamente cuando sentí sus dedos delineando las facciones de mi cara, su tacto era algo que nunca dejaría de apreciar y de querer sentir siempre por que me recordaba que ella era real, que estaba conmigo en verdad, que no era solo producto de mi imaginación debido a la intensa necesidad de tener su compañía que no había dejado de estar presente desde el instante mismo en el que nos habían separado de manera tan cruel.
Mmmm... bien, en tal caso déjame pensar ¿Cómo podría sorprenderte? Por que desde luego no puede ser cualquier cosa, no si es para ti. me puse de pie de un salto manteniendo el equilibrio sobre la rama del árbol en el que nos encontrábamos mientras sopesaba la situación. Repentinamente la jale de la mano y antes de que se diera cuenta de lo que estaba pasando nos encontrábamos en la cima de la copa del árbol justo a tiempo para ver el amanecer con el sol asomándose por el horizonte, la tome de las manos y la mire con ternura Siempre quise contemplar de nuevo un amanecer contigo Elena y ahora que puedo verlo una vez más hay pocas cosas en este mundo que lograrían superar la sensación de dicha plena que siento en este momento acomode un mechón de su cabello detrás de su oreja mientras me acercaba lentamente hacia su rostro
Feliz Cumpleaños principessa
Escuché sus palabras sobre nuestra separación, la cual había parecido interminable en su momento, y decidí no comentar nada más sobre el tema; después de todo no era cuestión de que nos pusiéramos nostálgicos ese día, en ese lugar y mucho menos en ese momento, por el contrario la intención del viaje era totalmente otra y no iba a echarla a perder. Sería uno de los mejores días de nuestra existencia y yo me encargaría de ello. Sonreí automáticamente cuando sentí sus dedos delineando las facciones de mi cara, su tacto era algo que nunca dejaría de apreciar y de querer sentir siempre por que me recordaba que ella era real, que estaba conmigo en verdad, que no era solo producto de mi imaginación debido a la intensa necesidad de tener su compañía que no había dejado de estar presente desde el instante mismo en el que nos habían separado de manera tan cruel.
Mmmm... bien, en tal caso déjame pensar ¿Cómo podría sorprenderte? Por que desde luego no puede ser cualquier cosa, no si es para ti. me puse de pie de un salto manteniendo el equilibrio sobre la rama del árbol en el que nos encontrábamos mientras sopesaba la situación. Repentinamente la jale de la mano y antes de que se diera cuenta de lo que estaba pasando nos encontrábamos en la cima de la copa del árbol justo a tiempo para ver el amanecer con el sol asomándose por el horizonte, la tome de las manos y la mire con ternura Siempre quise contemplar de nuevo un amanecer contigo Elena y ahora que puedo verlo una vez más hay pocas cosas en este mundo que lograrían superar la sensación de dicha plena que siento en este momento acomode un mechón de su cabello detrás de su oreja mientras me acercaba lentamente hacia su rostro
Feliz Cumpleaños principessa
Afton Volturi- Volturi
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