recuerdos (libre)

Moscu, aquel lugar lo odiaba tanto después de lo que le paso, su vida había terminado justo en el instante en el que aquel vampiro la había mordido y transformado en un ser como el. De pequeña, escuchaba cuentos y leyendas de seres sobrenaturales, de entre ellos prefería a los dragones, pero, los vampiros, aquellos seres le parecían de lo peor, puesto que se alimentaban de sangre humana, anteriormente solo lo tomaba como un simple cuento, pero ahora, ahora que era una de esas criaturas que detestaba, sentía como si su vida se acabara.

No había pasado mucho tiempo desde que probo la sangre humana por primera vez, desde entonces, la sangre se había vuelto en algo exquisito, por ende, no podía regresar con sus padres, puesto que no quería llegar a hacerles daño nunca se lo personaría.

Cuando llego a aquel lugar, tan lejos de Europa, se sentó en la orilla observando el mar moverse, inclusive este tenia mas vida que ella, su cuerpo estaba completamente frío, su corazón había dejado de palpitar hace un par de días, todo había cambiado, pero, no podía hacer nada para cambiar las cosas, su único camino era acabar con su inmortalidad, pero desconocía la forma de lograrlo, por lo que, bajo la mirada, sintiendo como el viento movía su cabello. Ya era de noche, el sol se había ocultado y con su luz, se había extinguido aquello que a simple vista le diferenciaba de los humanos, su piel, aquella que brillaba ante los radiantes rayos solares.

Se quito su suéter, el cual cubría una parte de sus jeans y lo coloco a un lado de ella, mientras que en su mente, lo único que había eran los dulces recuerdos que vivió con su madre y padre.

caminaba por las playa mirando la luz de las estrellas, sintiendo el viento chocar con mi cuerpo, habia ido a nadar por lo cual tenia unicamente mi traje de baño, en la orilla observe a una chica de cabello rubio, era hermosa aligual que todas las vampirezas, camine hacia ella con la intencion de presentarme - Buenas noches señorita - salude con amabilidad y una sonrisa en mi rostro, llegue a su lado y la mire a los ojos - mi nombre es Albert Brenham - me presente caballeroso, mi sonrisa nunc adesaparecio era todo un placer para mi conoser gente, las olas del mar se acercaban a unos cuantos metros de nosotros, el viento susurraba en el manto negro de la noche con tranquilidad, dirijiendo el olaje de la playa - puedo sentarme? - pregunte, tal vez esperaba a alguien mas tal vez no queria compañia eso era algo que descubriria en poco tiempo, me mantuve atento a su respuesta, mientras miraba la belleza de sus ojos y el movimiento de su cabello

A pesar de que había escuchado a la perfección todo lo que el chico había dicho se mantuvo en silencio por un largo rato, anteriormente se hubiera comportado de una manera muy emotiva, se hubiera presentado con gran educación como sus padres le habían enseñado, como estaba acostumbrada, pero ahora, se sentía tan vacía, como su nada de lo que fuera a pasar tuviera sentido, por lo que se limito a asentir con la cabeza, añadiendo un suave hablar

-si así lo quiere puede hacerlo-bajo un poco su mirada, la cual podía expresar melancolía, misma que evitaba que al verla a los ojos, vieran solamente una criatura muerte, como en realidad lo era.

la joven de cabellos claros se levanto de donde estaba sentada y tomo con la diestra su suéter que, hace unos momentos se había quitado, le sacudió la arena que se le había quedado impregnada, al igual que la arena que tenia en el pantalón por estar sentada

-¿nunca le han dicho que una dama debe de ser educada y no hablar de manera vulgar?-pregunto con una suave pero firme voz, la forma en la que había sido creada se daba a denotar con aquella frase

-no me iré, la única razón por la cual me levante es porque es de mala educación que una persona este sentada y otra parada cuando se habla-decía mientras se volteaba para observar a la chica licántropo

-si hay razón por la cual no pueda estar aquí deberá decírmela, me iré solamente si es un buen argumento, no tolero las respuestas simples-

Dio un corto y suave suspiro al escuchar lo dicho por la chica

-yo ya estoy muerta, pero, no tolerare que me hablen de esa manera...yo estaré donde me plazca-añadió de manera tranquila sin importarle el aspecto que la chica había adoptado hace algunos momentos, si tenia penado atacar se llevaría una gran sorpresa, si bien, le resultaba asqueroso ser vampira, le era grato lo que podía hacer con los ataques.

-no me gustan las peleas sin sentido-añadió para después dar un salto, si bien, como humana era ágil, al ser vampira su fuerza, agilidad y velocidad habitan aumentado, la diferencia, era que ella, por los conocimientos en combates que tenia, sabia el punto exacto en donde atacar para dejar inconsciente a alguien, pero, prefería no pelear, no por aquel motivo, si, era verdad, gozaba de una pelea, pero solo cuando se manejaba deportivamente

-yo no pedí ser vampiro, vivía muy bien como humana.....no me conoces en lo mas mínimo, me juzgas solo por mi raza...te pido que no me trates así, soy muy distinta a los demás-después de haber saltado para esquivar el ataque de la chica, comenzó a correr mientras decía aquello, para después acercarse un poco mas al agua.

"No Sam.. no lo hagas!!" Pero lo hice, la había tomado de la cintura y ambos habíamos caído al agua mientras mi risa y el mar era lo que se escuchaba.
Mientras quitaba el agua de mis ojos algo no iba bien.. ¿Que era esto? no!!. Mi mano recorría la cicatríz de Emily que desaparecía de su mejilla, bajando hasta su cuello para tocar el cabello que iba cambiando de forma por uno mas ondulado pero de igual color negro. Leah...
-Nooo!!!! - sentado en la cama intenté controlar la agitada respiración que me había producido y las gotas de sudor de mi frente que gracias a la brisa que entraba de la ventana, iban borrándose.
Emily había volteado hacia el otro lado y seguía durmiendo.
-Gracias..

¿Que era eso?
Olfateó el aire que entraba con mas cautela para examinarlo a fondo y miró el reloj que posaba en la mesilla. Diablos era su horario y se había quedado dormido.
Con suavidad salió de la casa y caminando rápidamente hasta la playa sentía su nariz ancha a medida que el hedor se hacía más y más intenso.
La ventaja de vivir cerca de la playa me facilitó el camino. Parado sobre una roca pude ver perfectamente qué ocurría.

De un salto caí en la arena en fase. Caminando hasta donde ese lobo griz muy conocido enfrentaba a la chupasangre que al parecer se veía entre sorprendida y sin conocimiento a lo que estaba a punto de sucederle.

Mierda.

Un aullido muy débil en mi oído mientras Nessie dormitaba en mis brazos. Demonios. Odiaba esos momentos. Nadie podía vivir en paz cuando Leah se ponía a hacerse la idiota.

Seguro era uno más de sus escándalos.

Deposité a Nessie en su cama y me despedí de Bella con un gesto, caí ya a cuatro patas desde la ventana y salí corriendo. Vaya... Un olor muy débil me llegaba, y venía de First Beach.

Vampiros.

-¿Qué hay, Leah? ¿Se te perdió la mamila? ¿Y Seth? ¡VOy para allá! ¿Cómo se te ocurre a estas horas estar jodiéndome?

Ya voy, señorita Soledad "yo hago todo por la manada" Clearwater. Leah gruñó ante mi pensamiento pero no le hice caso, de hecho, nadie lo hacía. A través de sus ojos, por un instante lo ví: Sam también había acudido.

Podría armarse la grande si no marcábamos el paso con cuidado.