Actualizandome con alguien especial....

Desde que me ausente algún tiempo de la reseva para irme a estudiar a Seattle me perdí de ciertas noticias, muchas cosas habían cambiado y yo no estaba enterada, así que amablemente Paul accedió a contarme sobre todo lo que me había perdido en mi ausencia.

Cuando me marché de La Push comencé a extrañar a mis amistades, la Sra. Sue, sus hijos Leah y Seth, a Jake, a mi padre y junto con ellos también extrañé mi casa... el hecho de vivir cerca aquel bosque tan verde y al mismo tiempo tener a unos cuantos pasos la playa...
Así que cuando Paul me propuso venir aquí, no lo pensé ni dos veces y le dije que si.

Caminamos por el bosque tomados de la mano, cada segundo que pasaba con su piel haciendo contacto con la mia me sabía a gloria, y más con aquel bello paisaje rodeandome.
Parecía irreal que esto me estuviera pasando, apenas unos cuantos días y ya estaba totalmente flechada por el... no era muy usual que me enamorara tan facilmente.

Finalmente llegamos a la playa, aún no se ocultaba el sol, lo cual agradecí pues me apetecía caminar a la orilla de la playa, y más aún si era tomada de su mano.

Con la mano desocupada me incliné un poco y me quité las sandalias para poder sentir la arena entre los dedos de mis pies y que estos se me mojaran un poco con el agua que el mar alcanzada arrojar a la orilla.

Me ruborizé un poco y le sonreí a Paul.

- Disculpa que me haya quitado las sandalias... es solo que hace tiempo que no sentía mis pies en la arena... - dije pensando en que tal vez Paul me pudiera juzgar como una niña boba.

Paul me acababa de hacer un segundo cumplido, con el cual terminé por esta rendida a sus pies sin acordarme de si traía puestas mis sandalias o no.

De pronto se comenzó a ocultar el sol y me empezo a dar frio en mis pies, así que me solté de la mano de Paul muy a mi pesar para colocarme de nuevo mis sandalias, no sabía como volvería a entrar en contacto con su mano, pero quería volverla a tomar, así que para propiciar de nuevo eso le propuse algo.

- Ya hemos camiando mucho, ¿Que te parece si nos sentamos ahí? - le pregunté mientras señalaba un tronco sobre la arena que acababa de ser desocupado por unos turistas que al ver que el sol se retiraba se levantaron para irse.

Así que andubimos caminando hacia el tronco y tomé asiento a la espera de que el también lo hiciera y muy cerca de mi, para sentir su piel contra la mia y poder aspirar el aroma de su piel.

Me puse bastante nerviosa cuando repentinamente Paul me abrazó.
No me incomodaba, solo me sorprendio mucho, pero por otro lado me sentía en el cielo, estar en contacto con Paul me hacia sentir bien.

Inmediatamente después de que me abrazó, yo también le correspondí rodeando su musculoso y fuerte cuerpo con mi brazos, recargue mi cabeza sobre su hombro y mi boca quedó a la altura de su oido, en el cual aproveche para susurrar lo siguiente:

- Pues... lo que primeramente me gustaría saber es... bueno, eh escuchado ciertas leyendas de nuestra tribu, ya sabes, que si los frios, que los lobos, que si se amaban muchos nuestros antepasados.... - hice una pausa y medite como formular mi pregunta, seguro me escucharía tonta, pero si no me equivocaba, el sentía en su cuerpo la misma electricidad que recorria el mio - ¿Como es que siento esto?... me refiero a este sentimiento tan fuerte.. apenas y te conosco y.. ya estoy aquí junto a ti y.. - sentí como se me iban encendiendo las mejillas conforme decia lo siguiente - cada segundo que tu cuerpo no esta en contacto con el mio ya te estoy extrañando.... lo sé, suena tonto - concluí apenada.

Cuando Paul me hubo detenido para evitar que me fuera, yo aún seguía furiosa, ¿Como esperaba que creyera todas esas cosas fantasiosas?, pero al entornar sus ojos con los mios y pedirme que no lo dejar, logré observar en ellos el auténtico temor que tenía de que lo abandonara, no soportaba esa visión... Paul con esa mirada llena de miedo y soledad... no, no podía ser, así que le creí a lo que me estaba diciendo, pero continué disimulando para hacerle creer que aún continuaba molesta.

- Esta bien.. no te dejaré - me senté de nuevo en el tronco a esperar a que el también lo hiciera - y... suponiendo que no son humanos... ¿Que son entonces? ¿Ahora me vas a decir que las leyendas de nuestros antepasados eran ciertas? - dije de mala gana mientras esperaba su respuesta.

- Ya dimelo Paul - dije mirandolo fijamente a los ojos - Te he dicho que no pienso dejarte... No me importa que seas o en lo que supuestamente te vuelvas, no me importa, no pienso dejarte... No creo que sea fácil dejar a alguien a quien quieres - admití apenada y con las vista hacia el suelo - Solo quiero que me digas la verdad... por favor

Lo que decía Paul me parecia hermoso.... jamás había oido nombrar eso de la imprimación.

- Oh! Paul! - grité arrojandome a sus brazos ya sin tanto temor ni timidez - Soy tan feliz!! Me alegra saber que estoy imprimada contigo - dije sonriendo - se siente muy bien encontrar a tu alma gemela... y me alegra mucho que seas tu Paul.

Deshice el abrazo y me separé de el, me sentía muy feliz, tanto que hubiera sido capaz de irme corriendo a La Push y gritar que amaba con todas mis fuerzas a Paul, pero obviamente no lo haría, probablemente el se espantaría y los demás también.

Me moría de ganas de continuar abrazandolo y robarla algún beso, pero yo no era una chica tan atrevida y no sabría si a el le gustaría eso, así que me limité a mirarlo a los ojos y luego a desviar mi mirada hacia el mar y la brisa fresca que este lanzaba, y para rellenar un poco los segundos de silencio, me quite mi sueter para sentir la suave brisa sobre mis cuerpo

Tenía toda una abalancha de emociones viniendoseme encima, Paul me besó y yo le devolví el beso con la misma intensidad, sintiendo sus cálidos labios entre los mios mientras rodeaba con mis brazos su cuello.

Posteriormente me sorprendió declarandome su amor y pidiendome que fuera su novia, no recordaba haber tenido un día tan feliz en mi vida.

- Si - pronuncié contra sus labios y sintiendome timida de nuevo, pero su "Te amo" me dio valor para levantar de nuevo la mirada y perderme en los ojos de Paul - Si, quiero ser tu novia, Paul - y una vez le dije eso, no pude evitar posar mis labios sobre los de Paul para continuar besandonos. Sentía que esto era irreal, pero no era así, era de verdad, Paul me tenía aferrada por la cintura hacia su cuerpo, me acababa de decir que me amaba y ahora eramos novios, era muy feliz.