Como en los viejos tiempos ^^ [Invitadas]

Era una de esas tardes en las que llegaba de uno de los tantos viajes en los que simplemente disfrutaba con desaparecer de los rastreadores de cualquier conocido, disfrutando de esos días en que podía salir y ser simplemente yo sin que nadie pudiera encontrarme si es que tomaban la molestia de buscarme, pero eso no era problema ahora. Simplemente me gustab ahacerlo y lo seguiría haciendo cada vez que fuera necesario despejar la mente, tener dudas existencialistas y pensar si mi vida era lo que siempre había querido.

Hasta el momento había pensado en tantas cosas que no había tenido tiempo de pensar en muchas otras, así que simplemente preferí volver a re-aparecer. Mis amigas me hacían falta y con lo poco que sabía estaba enterada de que muchas cosas habían pasado y cambiado.

Sorprendidas recibieron mi llamado invitándolas a pasar una tarde en mi casa en Inglaterra, aquella que me llenaba de recuerdos de tantos momentos vividos que en ese momento prefería no recordar. Sonreí mientras terminaba de organizar un poco la casa, ordenaba las sillas y los sillones en la sala, preparaba algunas meriendas que había puestoa cocinar desde la mañana, un poco de música de fondo para dar ambiente y por supuesto en el centro de la sala de estar en una mesa habían una pequeña montaña de regalos que les había traído. Era hora de entregarlos.

Terminaba de acomodar las cosas caminando de aquí para allá, mientras esperaba que empezaran a llegar.

Terminé de organizar los regalos y corría a la cocina a revisar que la comida no se fuera a quemar, pasaba de un lado a otro limpiando y arreglando unos pocos detalles. El timbre sonó y pensé que alguna de las chicas ya había llegado, lo que no sabía era cual, pero eso lo descubriría pronto.
Bajé la temperatura del horno y corrí hacia la puerta para abrirla y encontrarme con un grito de mi nombre y un abrazo tan fuerte que caí al piso con mi nueva visita. Reí al reconocerla y me levanté ayudándola a pararse tambien. -¡Deni! Que gusto verte también- Le dije sonriendo y dándole uno de esos abrazos apachurrosos que solía dar.
-¿Cómo has estado? Sigue ponte cómoda, sientate por ahí o por allá, no sé, donde quieras- Le dije señalando toda la sala de estar.

A penas me recuperaba de la gran y efusiva bienvenida de Deni y mientras ella se acomodaba en la sala corrí a la cocina a verificar que los pastelitos de chocolate que había preparado no se hubieran quemado. Apagué el horno y los saqué con cuidado colocándolos sobre una bandejita para sevir. Entonces el timbre sonó y antes de que pudiera hacer algo más volvió a sonar.. y sonó y sonó más. -¡Ya voy! ¡Ya voy! ¡No me dejen sin timbre por favor!- grité divertida mientras dejaba la bandeja en la cocina y corría de nuevo a la sala para abrir la puerta.

Una gran sonrisa se formó en mi rostro al reconocer a la chica que timbraba con tanta intensidad. -¡Aris!- Grité divertida mietras le daba un abrazo apachurroso antes que ella reaccionara para no terminar en el piso igual que había pasado con Denisse. El problema es que no había notado que venía con acompañante. -¡¡Zau!!- Grité aún más y le dí un abrazo apachurroso a ella también. Sonreí alegre y me aparté un poco mientras les hacía espacio para que pudieran seguir.

Sabía que las chicas andaban emocionadas y bueno, pero no esperaba encontrarme otra vez en el piso por culpa del gran abrazo grupa de Denisse. Una encima de la otra habíamos caído, riendo sin poder dejar de hacerlo.

-A mí también me hacían falta, las extrañé bastante par de niñas dejuiciadas, nada es tan divertido si no están conmigo- Les dije sonriendo al tiempo que Aris también hablaba y los ojos se le iban poniendo llorosos. No pude evitar reír y darle un gran abrazo apachurrador. -Aris.. no puedes llorar, el re-encuentro es para divertirse, no para ponerse emotiva, por que o sino terminaré con las venas cortadas- Le dije bromenaod pero con el fondo de palabras tan en serio como las había dicho.

Una voz infantil llamó mi atención y me separé de las chicas mientras veía una pequeña niña de unos 7 años aparentemente, tan linda como la que supuse que era su madre. Ladeé ligeramente la cabeza y sin poder contenerme, corrí y la abracé dandole vueltas, para luego darme cuenta de lo que hacía y colocarla de nuevo en el piso, aclarando mi garganta. -Lo siento... es que, bueno... la última vez que te ví a penas comenzabas a hablar- Le dije recordando esos momentos con un brillo en mis ojos.

Un nuevo sonido me hizo distraerme otra vez. -¡¡Lau!!- Abrí mis ojos sorprendida al reconocerla. Todas habían cambiado tanto, se notaba como cada una había cambiado y tal vez podía ver un poco más de seriedad, aunque probablemente fuera yo la que siempre se quedaría como peter pan, con las ganas de molestar todo el día sin querer tomarme las cosas tan en serio como se supone que debería hacerlo.